Amy se acomodó en su asiento en el cine, con una sonrisa en su rostro mientras la película comenzaba a reproducirse. El oscuro teatro estaba lleno de murmullos emocionados y el crujir de las bolsas de palomitas. Sin embargo, sus pensamientos estaban lejos de la pantalla.
Ella repasaba su conversación con Lucas en su mente, una y otra vez. El recuerdo de su voz, la sinceridad en su disculpa y su inesperada confesión enviaban mariposas revoloteando en su estómago.
Mientras la película se desarrollaba, Amy apenas se registraba la trama. Su mente era un torbellino de emociones. Recordó la sorpresa inicial de la confesión de Lucas, cómo su corazón había dado un vuelco.
Su admisión de que le gustaba más que una amiga había sido inesperada, pero había despertado algo dentro de ella. No podía evitar sentir una mezcla de emoción y confusión.