—¡ERES UN LOCO IDIOTA! —Sara gritó furiosa por el teléfono, y Amos se encogió al alejar el teléfono de su oído para salvar su tímpano del ataque.
—¿Eres simplemente tonto o estúpido? ¿Cómo un idiota como tú terminó convirtiéndose en abogado? —Sara escupió enojada, incapaz de controlar su temperamento después de que Amos le contó acerca de su negocio con Jade.
—Lo siento. Pensé que ...
—¿Pensaste qué? ¿Eres capaz de pensar? ¿Tienes cerebro? ¿Por qué involucrarías a alguien de la familia Hank cuando sabes lo delicado de esta situación?
—Pensé...
—¡Deja de decirme lo que PENSASTE! —Le gruñó. Las venas sobresalían en su garganta y sienes mientras caminaba alrededor de su habitación de hotel.
—¡Te voy a matar si arruinas más las cosas de lo que ya has hecho! —Prometió.
Amos respiró hondo, —Lo siento. Arreglaré esto.