Candace levantó la mirada cuando Jade le ofreció un pañuelo y lo aceptó —Gracias— dijo con un sollozo, y Jade asintió.
—Debes pensar que estoy loca por llorar por un hombre al que quería matar desesperadamente —dijo Candace, pero Jade negó con la cabeza.
—No pienso en nada. Nuestros sentimientos y emociones no están completamente bajo nuestro control —dijo Jade, y Candace le dio una sonrisa temblorosa.
—Es una locura. Le guardo rencor por todo lo que nos hizo, pero al mismo tiempo, una parte de mí siente lástima por él. Una parte de mí que también recuerda algunos de los buenos momentos que compartí con él quiere ir allí y cuidarlo hasta que muera. Sé que es una locura, pero no puedo evitarlo —dijo Candace mientras las lágrimas corrían por sus mejillas.
—No puedo decirte cómo debes sentirte, Candace. Creo que lo amabas en algún momento de tu vida. Sería una locura si no te sintieras tan en conflicto —dijo Jade, sintiendo lástima por ella.