—¿En qué estás pensando? ¿Te preocupa algo? —Tom preguntó cuando notó que Lucy tenía un ligero ceño en su cara mientras ambos entraban en el dormitorio.
Las cejas de Lucy se fruncieron cuando se giró para mirarlo, —Más o menos.
—¿Todavía es por Anita? ¿O es algo más? —preguntó con curiosidad.
—No. No es ella, —Lucy le aseguró rápidamente.
—Entonces, ¿qué es? ¿Quieres contarme sobre ello? —preguntó mientras tomaba su mano y la guiaba hacia el sofá en el dormitorio, donde ambos se sentaron.
Lucy aclaró su garganta, —Uhm, no lo tomes a mal... —comenzó, y Tom le hizo una señal para que continuara.
—Te amo, y me encanta ser íntima contigo, pero ¿podemos no hacer nada sexual por un tiempo? —preguntó Lucy, y Tom la observó atentamente antes de asentirle.
—¿Qué quieres decir con nada sexual?
—Ya sabes... Como, sin sexo, —Lucy tragó al decirlo, su corazón latía rápido.
—Está bien. ¿Cuánto tiempo necesitas? —Tom preguntó con curiosidad.
—¿Quizás un par de días?
—Está bien.