—Tuve un día realmente agradable hoy —dijo Jade con un suspiro de satisfacción mientras acariciaba su abultado abdomen, y apoyaba la cabeza en el reposacabezas de su asiento con los ojos cerrados.
—Harry, que los llevaba de regreso al hotel después de su cena, le echó un vistazo—Me alegra que te haya gustado. También te ves mucho mejor ahora —dijo Harry cuando observó el color que estaba en su rostro ahora, a diferencia de antes cuando se había visto muy pálida.
—También me siento mejor. Gracias —dijo Jade con una sonrisa mientras abría los ojos para mirarlo.
—De nada —dijo Harry sin mirarla.
Jade lo observó en silencio por un tiempo mientras conducía, y luego apareció una chispa traviesa en sus ojos—Entonces... Aura es linda, ¿verdad? —Jade preguntó en tono conversacional.
—¿Aura? —preguntó Harry, tratando de recordar quién era esa.
—¡Vamos! ¡No me digas que ya te olvidaste de ella! ¡La dueña del spa! —Jade le siseó.