"Cielo parpadeó unas cuantas veces. ¿De qué estaba hablando él? Miró a Ilyas de pie con sus hombres en la sala. Probablemente pudieran oírlos, pero no se molestó en mirar hacia ellos.
—Estoy diciendo que él se movía como una tormenta y mataba con facilidad. Es más poderoso de lo que dice ser. No puede tener solo cien años de edad —explicó Zarin, sin importarle que Ilyas pudiera oírlos.
¿Se movía como una tormenta? Claramente tenía más que aprender sobre Ilyas, pero no quería juzgarlo antes de conocer toda la verdad.
—¿Lo hizo delante de todos? —preguntó, solo por si acaso.
No creía que Ilyas fuera tan estúpido como para exponer que era un demonio. Todos los demonios sabían que su existencia tenía que ser desconocida para los humanos.
—No —respondió Zarin.
—Entonces no debería ser un problema. Él facilitó la tarea, ¿no es así?
—Lo hizo. Pero no está siendo sincero —dijo Zarin.
—Yo confío en él —afirmó Cielo con firmeza—. Ahora tenemos otras cosas en las que pensar.