—Manejaste muy bien a las brujas —le dijo Roshan a Lucian.
—Lo sé —dijo Lucian.
—Bastardo arrogante —masculló Roshan—, lo que hizo sonreír a Lucian.
—Eso lo aprendí de ti —dijo.
—Yo no soy arrogante —Roshan negó.
Lucian levantó una ceja. —Lo eres. Pero de una manera elegante.
—¿Eso se supone que me hace sentir mejor?
—No.
Roshan soltó una carcajada. —Te estás volviendo más divertido para estar cerca.
Lucian se detuvo. —Roshan. Necesito saber todo acerca de los demonios.
—¿Vas a encontrarte con ellos?
Lucian asintió. Antes de que fuera demasiado tarde, quería resolver todos sus problemas y luego simplemente disfrutar de su tiempo con su esposa e hijo.