Al principio, Wince pensó que el repentino cambio de acontecimientos no era más que una ilusión. En sus manos estaba el tridente, pero no era cualquier tridente, sino el que había pertenecido a su padre, quien había desaparecido hace años.
Su desaparición fue una de las razones por las cuales el conflicto entre las dos facciones se intensificó hasta el punto de que llevó a los eventos de hoy.
Sin embargo, ella sabía de inmediato que este tridente había sido de su padre. Cuando era niña, había visto a su padre cargarlo muchas veces, y podía sentir la energía dentro del arma fusionándose con ella.
Ahora mismo, a ella no le importaba por qué el humano tenía el tridente de su padre o cómo lo había encontrado. En cambio, toda su atención estaba en lo que tenía en sus manos y cómo lo usaría para contraatacar.