Fex no encontraba palabras. Literalmente tenía la boca abierta y no sabía qué decir mientras miraba a Quinn. Trataba de encontrar alguna señal, de ver si estaba bromeando o no, pero no parecía ser el caso en absoluto.
—Espera Quinn, sé que no eras un vampiro, así que quizás no lo sabes, ¡pero no cualquiera puede convertirse en Caballero Real! —Fex trató de explicar. —Los Caballeros Reales son seleccionados entre los líderes, los hombres de confianza de los Reyes. No soy un líder y ni siquiera soy caballero. ¿No recuerdas que también fui desterrado de mi propia familia?
Quinn asintió y puso su mano en el hombro de Fex. Esperaba que eso lo calmara de alguna manera.
—Lo sé, pero eso fue bajo las viejas reglas. Escucha, yo convertirme en Rey no fue exactamente por circunstancias normales, y piensa de esta manera. Fuiste tan leal a mí que incluso estabas a punto de ser ejecutado por mi causa.