Aunque Quinn estaba muy interesado en la información que Logan tenía que compartir, parecía que Logan estaba fuera de sí por el momento. Incluso él estaba luchando por procesar todo lo que pasaba por su cabeza. El problema era que esta era la última habitación y no había más puertas.
La nave era grande desde el exterior, así que sabían que tenía que haber más habitaciones que esta. Sin embargo, si solo seguían por donde habían venido, solo los llevaría de regreso a donde estaba su nave en este momento.
Quinn esperaba que con la información que Logan tenía él pudiera guiarles en la dirección correcta para tratar de encontrar más tesoros ocultos en la nave.
—¿A dónde debemos ir desde aquí? —preguntó Quinn.
Al escuchar estas palabras, Logan se levantó por sí solo del suelo en el que estaba. Ya no miraba al techo y en su lugar comenzó a caminar hacia uno de los grandes paneles de control.