Los dos chicos seguían de cerca a Leo mientras caminaba por la escuela. Parecía que los llevaba a la sala del portal al principio. Sin embargo, cuando estaban a punto de llegar a la sala, su camino cambió ligeramente.
Quinn y Vorden querían preguntarle adónde planeaba ir, pero tenían demasiado miedo de hacerlo. Mientras caminaban, Vorden miraba constantemente a su alrededor. Todavía tenía sus dudas y sentía que, tal vez, los estaban llevando directamente a la guarida de sus enemigos.
En medio de su paseo por los caminos familiares, otra mujer, a la que habían visto unas cuantas veces, los cruzó.
—Sargento Leo. —Dijo Fay.— ¿Hacia dónde vas? ¿No recibiste el mensaje? —Preguntó.
—Lo siento, estuve ocupado entrenando y parece que nadie se molestó en informarme. ¿Es algo urgente? —Respondió él.
—Ha habido una actualización sobre la situación de los dos estudiantes que huyeron de su castigo. Parece que, de alguna manera, los Puros ya han conseguido atrapar a ambos.