—Ingenioso. —dijo Kalla—. También, una oportunidad afortunada para nosotros. Pero si nos quedamos quietos como idiotas, no marcará la diferencia.
Ella señaló en el mapa, donde un par de puntos luminosos se movían en su dirección. Lith y Vladion asintieron, moviéndose por el pasillo para salir de la línea de visión de la patrulla.
Su curiosidad científica les hizo echar un vistazo tanto a la cadena de runas como al interior del laboratorio, pero ninguno de los dos les pareció tener sentido. El aparato en el que trabajaban los magos tenía un ladrillo normal y un cristal de Maná rojo de la misma forma colocados en ranuras adyacentes.
—¡Por la Madre Roja! —Kalla se detuvo frente al espejo mientras los Ojos explicaban la naturaleza del experimento a ella, obligando a Vladion a levantar el Wight sobre su hombro y llevárselo de allí.
—¡Alto! No entiendes-