Los Wendigos y las Banshee no morirían por asfixia solo porque sus pulmones habían sido destruidos. Sin embargo, hasta que sus órganos internos se regeneraran, no podrían usar sus respectivas habilidades de linaje que requerían su voz.
El calor de la Llamarada Solar restauró la fuerza de los híbridos que, en cambio, no tuvieron problemas con el aire abrasador.
En el momento en que el hechizo de gravedad de nivel uno de Kelia, Peso de Pluma, les permitió ponerse de pie, Xenagrosh y Kigan desataron respectivamente los hechizos del Caos de nivel cinco Tormenta de Inundación y Hambre Aullante.
El primero generó un maremoto de Caos que se movió a la velocidad de un tren de carga, llenando el corredor y convirtiendo a las Banshees en la nada.
El último conjuró granizo de balas negras que atravesaron a los Wendigos y los acribillaron con más agujeros que el queso suizo hasta que se convirtieron en varios montones de cenizas.