Era el aura de Kigan, permitiendo a Xenagrosh entender el significado de esa obra.
—Continúa, Caltem. —Dijo Anochecer con una voz fría mientras su supuesto esbirro seguía retorciéndose en supuesta agonía.
—¡Sí, sí! —El comerciante golpeó su cabeza contra el suelo varias veces en disculpa por el tiempo perdido mientras trataba de recordar todos los rumores que había escuchado.
—Perdóname, oh Rey Silenciado, pero eso es todo lo que sé. Nunca visité los palacios secretos ni sé su ubicación, pero puedo decirte quiénes sí lo saben.
Caltem luego dio a Anochecer los nombres reales, la lista de alias y los escondites de los miembros de las Cortes de los no muertos en las diversas ciudades que eran más propensos a tener información de primera mano acerca de las fortalezas de Orpal.