Salaark había restaurado el cuerpo y la ropa de Raaz, pero Elina pudo ver por sus espasmos involuntarios que algo le sucedía.
—Gracias por acordarte de mí —La voz de Senton era mitad gratitud y mitad sarcasmo.
Después de que Morn emitiera el Decreto Real, Senton había estado aterrado de haber perdido para siempre a su esposa e hijos. Rena, Leria, y los trillizos estaban en la casa de Verhen. Senton había corrido allí tan rápido como pudo pero cuando llegó, todos se habían ido.
Sabiendo cuán poco amor Senton sentia por Lith, éste creía que lo habían dejado atrás.
—Eres bienvenido. También deberías agradecer a Solus. Ella es quien cuidó de ti y de Zekell —Dijo Lith.
—Ya lo hice. No te preocupes por Papá. Él no lleva tu apellido y puede cuidar de sí mismo. Intenté convencerlo para que nos siguiera, pero él dijo que prefería morir antes que permitir que alguien se apropiara de su obra de vida —Respondió Senton.