El ejército de Milea no solo fue repelido, fue completamente destruido cada vez que avanzaba una pulgada dentro del territorio del Reino. Para empeorar las cosas, Thrud no dejó el mando de sus tropas a uno de sus generales como lo hicieron los Reales.
Ella los lideraba en persona, y era la primera en cargar en la batalla.
Sus hazañas eran transmitidas a través de la interconexión del Reino, aumentando su reputación con cada escaramuza. Para sus ciudadanos, ella no era solo una invasora, sino una heroína que protegía su país, arriesgando su vida y luchando en el frente.
Esto impulsó la moral de sus ejércitos y sus territorios, mientras desanimaba a los enemigos. No solo los miembros del ejército Real y la Asociación estaban asustados por la destreza que mostraba el ejército de Thrud.