—¡Esto es lo mismo que le sucedió a Tista! Esto es increíble. —Las llamas pasaron de negro a azul de emoción mientras Lith bailaba de alegría.
—Te lo dije. Los Fénix son criaturas de ardiente pasión. —La elfa golpeó el suelo con el pie irritada por su grosería.
Luego, Lith intentó concentrarse y hacer que el fuego místico se extendiera por todo su cuerpo. Fue inmensa su alegría al notar que las Llamas del Origen no dañaban el Bastón Yggdrasill ni nada de lo que tocaba a menos que él lo deseara.
Le duró más de un segundo hasta que se calmó y el fuego se apagó.
—¿Por qué estaba tan enojado y luego tan feliz sin motivo? —A pesar de sus mejores esfuerzos, Lith no logró reavivar las llamas. Encima de eso, de repente se sintió tan cansado que necesitó usar la Mirada Abismal para recuperarse.