—Que la Marquesa conozca mi situación.— Lith nunca olvidó la barreta de Lady Distar que protegía su talento mágico de ser detectado.
Según Orion, los dispositivos de ocultación eran un secreto de estado que no podía ser entregado sin el permiso de los Reales. Se suponía que la Marquesa Distar era solo una noble de rango medio, pero tenía uno e incluso fingía no tener poderes mágicos.
Lith no sabía que en realidad era la Comandante en Jefe del Cuerpo de la Reina y una amiga personal de la Reina, pero durante su tiempo en la academia, había entendido que su papel en el Reino no era tan simple como parecía.
—Kami, el Conde tiene razón. ¿Puedes investigar información sobre Meln, Orpal o cualquier otro nombre que use ahora?— Preguntó Lith.
—Puedo hacerlo, pero no desde aquí y no ahora. Estoy de vacaciones y acceder a la red de Constables sin ser parte de alguna investigación levantaría una alerta en el sistema.— Ella respondió.