—No, no estoy bien. Lo extraño es que usar un enlace mental se supone que me hará sentir peor, pero me siento mejor en cambio. ¿Dónde está Floria? —Dijo Lith mediante el enlace mental.
La respuesta llegó en forma de lo que parecía ser un descapotable antiguo que aterrizó justo a su lado. Los controles eran tan fáciles que a ella sólo le había llevado un minuto aprender a conducirlo.
Un botón marcado con una flecha hacia arriba hacía que despegara, otro con una flecha hacia abajo hacía que aterrizara, y una palanca de control permitía girar y cambiar de altitud. Una palanca vertical regulaba la velocidad, haciendo que el automóvil avanzara más rápido cuanto más se bajaba.
—¿Qué te pasa? —Preguntó Floria, dándole más alivio.
—No lo sé. Siento como si una corriente de fría electricidad recorriera mi cuerpo, haciéndome temblar. —Respondió él.
—¿Podría ser esto un signo de la tribulación que temías? —
—No. Sea lo que sea, nunca experimenté algo así, ni siquiera en Kulah. —Dijo él.