—¿Y tú? —Dijo él.
—¿A qué te refieres? —A Solus le encantaba hablar en lugar de usar su enlace mental. Le hacía sentir normal y le permitía escuchar el sonido de sus voces.
—¿Estás enfadada conmigo también? Primero, te mantuve en secreto de la totalidad de Mogar y ahora te dejo sola mucho tiempo. Encima de eso, te usé como excusa para justificar mis acciones después de que Phloria rompiera conmigo. —Dijo Lith.
—Un poco, pero no por las razones que crees. —Respondió Solus.
—Estoy feliz de que finalmente me hayas hecho parte del grupo y entiendo por qué te tomó tanto tiempo. Ahora me doy cuenta de lo ingenua que era en el pasado y cómo conocer a un hombre paranoico y cínico fue lo mejor que me pudo haber pasado.
—Un niño normal nunca habría podido guardar el secreto, condenándonos a ambos a ser víctimas de experimentos inconfesables. Otro mago, en cambio, me habría esclavizado o me habría obligado a convertirme en alguien como Dawn.