—No finjas sorpresa, no soy sorda ni muda. Después de Kulah, estabas angustiada por algo, pero te negaste a hablar de ello conmigo y pasaste mucho tiempo con Phloria— Friya le dijo a Quylla.
—Por no mencionar todas las veces que ustedes dos cambian repentinamente de tema en cuanto me acerco y después tienen miradas culpables en sus rostros. Quylla nunca tuvo secretos para mí antes de Kulah, así que no fue difícil entender qué sucedió.
—Lith es la única persona que todos conocemos cuyos secretos hemos ocultado de nuestros padres e incluso entre nosotros mismos.—
—Lith tiene razón cuando dice que pasamos demasiado tiempo juntas— Suspiró Quylla. —Me lees como un libro, Friya. Todo lo que dijiste es cierto, pero no me corresponde a mí compartir tales cosas contigo, así como tú no me dijiste lo que realmente sucedió en Zantia.—
—¿Te diste cuenta?— Friya estaba asombrada. Siempre había pensado que el secreto del Protector estaba a salvo con ella.