Fue el ritual al que Leannan había recurrido en el pasado para reemplazar al antiguo Soberano.
—¿Cuál es el significado de esto?— Erlik estaba desconcertado. —¿Qué pasa con mi ejército?
—Mientras me tengas, no necesitas un ejército. —La voz del Árbol joven era condescendiente. Incluso con su larga vida, Erlik no era más que una semilla en los ojos del árbol.
—Si mueren, significa que no valían la pena por todo el esfuerzo que hice por mantenerlos vivos. Lo mismo va para ti.
Erlik maldijo internamente. El Árbol joven seguía siendo gente planta hasta la raíz. Los planes y acuerdos no significaban nada para él, solo el poder. Leannan había desentrañado su trama, predicho sus movimientos e incluso logró mantener su posición a pesar de que el Árbol joven estaba ayudándolo activamente.
En los ojos del antiguo árbol, un punto muerto bajo esas condiciones era tan bueno como una derrota.
—¡Viejo tonto! No tienes idea de lo que acabas de hacer. —Erlik pensó.