La armadura Skinwalker tenía más agujeros que un queso suizo, pero estaba perfectamente funcional. El problema era que repararla requería tiempo o maná. Alas, a Lith le faltaba de ambos.
Afortunadamente, la Puerta de Distorsión (*) lo llevó directamente de Xenatos a la oficina de Linjos, donde Manohar, Vastor y Marth lo estaban esperando.
Marth estaba allí para curar sus heridas mientras Vastor reponía su fuerza vital. Manohar estaba presente por pura curiosidad. Parecía encontrar fascinante la historia del güivre y su misteriosa matriz.
Lith les informó de los acontecimientos, respondiendo a todas sus preguntas sobre la naturaleza del hechizo de Drenaje de Vida siendo cuidadoso de no arruinar su tapadera.
—¡Fascinante! —Manohar escuchó cada detalle como si fueran dulces palabras de su ser amado.