Scarlett deseaba desesperadamente echarse una siesta, esperando que al despertar, sus recuerdos de Xander y esa perra Zoey se hubieran ido. O quizás, cuando se despierte, todo lo que ve en la oficina de Xander sea solo un sueño.
Pero incluso después de intentar dormir durante dos horas, no pudo deshacerse de la imagen. Era como si esos recuerdos estuvieran grabados en su mente, atormentándola en cada momento.
El dolor en su corazón era intenso, como si alguien le hubiera restregado sal en una herida abierta. Intentó desviar sus pensamientos, pero nada parecía funcionar. Sabía que tenía que enfrentarse a la realidad de su situación, pero la idea de Xander con alguien más era demasiado para ella. A su corta edad, esta era la primera experiencia de traición que había sentido.
—¡¡Dios mío!! ¡Necesito pedirle al Hermano Nueve que haga un veneno para borrar la memoria! —Scarlett se habló a sí misma mientras miraba la nube afuera.
Después de horas de volar...