Para ser honesta, Chloe temía cualquier pregunta sobre Vicente o Vernon que viniera de su hija.
No sabía cómo explicar la complicada situación en la que se encontraban. También temía que Mackie pudiera reaccionar fuertemente una vez que supiera toda la verdad.
—Oh Dios, por favor no dejes que me odie. No sé qué haría si Mackie me odia porque no puedo mantener la imagen perfecta de una familia con Vicente —Chloe rezó en secreto en su corazón.
Diamante volvió a su asiento después de diez minutos. Miró a Chloe y Mackie y asintió —Está bien, le conté sobre el traslado de Mackie y su elección de escuela, todo está bien.
—Gracias, Diamante.
—¡Gracias, Diamante!
Chloe y Mackie dijeron simultáneamente, y su respuesta hizo sonreír a Diamante.
—Está bien, es mi trabajo ayudarlas a ustedes dos, y estoy feliz de ayudar porque ustedes dos también son mi familia —dijo Diamante.
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