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31.37% Sobreviviendo al fin del mundo en Latinoamérica / Chapter 32: Capítulo 32 – La amenaza silenciosa

Chapitre 32: Capítulo 32 – La amenaza silenciosa

En el pasillo Milton se encontraba haciendo guardia. Pudo escuchar todo lo que los demás estaban diciendo. Estaba apretando el puño tan fuerte que comenzó a sangrar. ¿¡Por qué soy tan débil!? ¿Por qué no puedo ser tan fuerte como Leo? ¿Qué tiene el que no tenga yo? ¿Es por qué perdí un brazo que eh vuelto inútil? ¿Qué se cree? ¿Si tuviera mis dos brazos me encargaría de enseñarle una lección?

¿?: ¿Quieres ser más fuerte? ¿Quieres recuperar tu brazo?

Una voz sonó dentro de la cabeza de Milton. La voz era la de una mujer increíblemente sensual, era casi angelical.

Milton: ¿¡Quién dijo eso!?

¿?: No tienes por qué asustarte niño. No te voy a hacer daño solo te estoy proponiendo un trato.

Milton: ¿Un trato a cambio de qué?

¿?: A cambio de un favor cuando te lo pida.

Milton: ¿Qué clase de favor?

Milton trago saliva mientras se dejaba llevar por todas las palabras casi hipnotizantes.

¿?: Sube hacia mí para recuperar todo lo que tendría que ser tuyo ~

Milton empezó a subir las escaleras sin dudarlo. Su visión estaba completamente apagada. Milton había subido hasta el cuarto piso del edificio. En él no había absolutamente nada y solo había una mujer vestida de un vestido blanco y con el cabello negro completamente suelto dandole completamente la espalda a Milton. La mujer estaba en la sombra mientras veía el exterior a través de la ventana.

Mujer: Ven Milton acércate a mí~

Milton no detuvo su paso hasta que finalmente se puso frente a la mujer. La luz volvió a la pupila de Milton y su conciencia por fin se puso clara. La mujer volteo. Al instante Milton se horrorizo, los ojos de la mujer estaban completamente vacíos, su boca estaba cocida y su piel estaba completamente pálida, en el interior de las cuencas de sus ojos salían muchos gusanos que estaban devorando su cuerpo.

¿?: Ven Milton seamos uno solo. Déjame darte lo que mereces.

Milton trato de escapar, pero sus piernas estaban temblando tanto del miedo que no pudo moverse. La mujer empezó a abrir la boca y los hilos que la mantenían cocidos poco a poco empezaron a romperse. Cuando toda la boca estaba abierta a su totalidad un enjambré de moscas salieron disparadas hacia la boca de Milton que fue abierta a la fuerza por la mano de la mujer.

Milton: ¡AHHHHHHHHHHHHHHH!

El grito de Milton resonó por todo el edificio hasta que llego al espacio donde estaban Leo y los demás.

Julia: ¿Qué fue eso?

Diana: Parecía la voz de Milton

Al escuchar eso todos nos pusimos de pies y recogimos nuestras armas. Salimos con dirección al pasillo para buscar a Milton, pero ya no estaba ahí.

Cristina: El grito vino de arriba. ¿Podría ser que subió?

Me agaché y revisé las pisadas en la alfombra. Todo indicaba que efectivamente Milton había subido las escaleras. Siguiendo el rastro nos condujo hasta el cuarto piso.

Abrimos la puerta y una escena sacada de una película terror se hacía realidad delante de nuestros ojos. Milton se encontraba de pie mientras le sacaba un brazo a una chica con las cuencas de los ojos vacíos y se lo colocaba en su brazo faltante. Cuando el muño y el brazo amputado de la chica se encontraron cientos de gusanos empezaron a salir de la piel de Milton uniendo los dos brazos y cambiándolo por completo hasta ser idéntico al otro brazo de Milton.

Lo más aterrados no era eso. Si no el hecho que los ojos de Milton ya no estaban en su lugar había gusano que parecían devorar el interior de Milton.

Milton: Finalmente llegaron. Tardaron un poco más de lo que esperaba.

Anciano: ¿Qué le hiciste a Milton?

Milton: ¿Yo? Nada simplemente cayo en una trampa de miel. ¡JAJAJA!

La risa de Milton resonó por completo en todo el edificio.

Diana: ¿Quién eres?

Milton: Buena pregunta…

Milton parecía que estaba deliberando por algo, pero no sabía que era.

Milton: Ya que de todas formas todos morirán ya que hice un trato no importa si respondo esa pregunta. Ustedes me conocen como Belcebú.

El anciano tembló y cayó al piso del shock.

Belcebú: Parece que ese anciano me conoce.

Anciano: EEEE….Eressss… ¡El príncipe del infierno!

Belcebú: Ting Ting ¡Tenemos un ganador! ¡Aplausos por favor!

Belcebú parecía extasiado por la reacción del viejo.

Belcebú: Al parecer los mortales no han olvidado mi magnifico nombre. Solo por eso les daré una muerte rápida e indolora.

Belcebú abrió la boca y una horda de moscas empezaron a salir volando hacia nosotros. Cuando las moscas se acercaron dije en voz baja.

Leo: Escudo de viento.

El viento a nuestro alrededor se arremolino y todas las moscas se convirtieron en polvo.

Belcebú: Mis hijos. ¡Tú maldito infeliz! ¡Me quedare con tu alma y la torturare en el infierno!

Belcebú corrió hacia mi mientras apretaba el puño.

Leo: ¡Diana!

Diana: ¡Déjamelo a mí! ¡Mejora básica!

Corrí hacia el usando esprintar y refuerzo muscular. Cuando estuvimos cerca nuestros puños interceptaron la cara del otro enviándonos a volar.

Belcebú se recompuso en el aire mientras yo me impacte contra una columna de hormigón.

Belcebú: ¿Desde cuándo los humanos son tan fuertes? Si estuviera en mi cuerpo real fácilmente de tuviera reducido a pasta de carne.

Belcebú empezó a delirar mientras yo lo miraba. Escupí la sangre que se había acumulado en mi boca y me pare.

Diana: Sanación menor

La luz brillo sobre mí y el dolor de espalda que tenía poco a poco iba disminuyendo en intensidad.

Leo: ¡Salgan! ¡Corran!

Sabía que este monstruo que tomó posesión del cuerpo de Milton era mucho más fuerte que mi actual yo.

Al escuchar mis palabras todos levantaron sus guardias. El anciano que estaba en el piso fue levantado por el carnicero. Aun débil el anciano levanto su mano y lanzo una bala de roca.

Belcebú estaba todavía en estado de éxtasis lo que permitió que la bala impactara su rostro, pero para desgracia de nosotros no tuvo efecto. Al contrario, esto provocó a Belcebú y dijo.

Belcebú: Eh cambiado de parecer prepárense para la muerte más espantosa que puedan imaginar. Sus almas las usare como unas de los miles de ofrendas para traer mi verdadero cuerpo a este plano y esos vejestorios no podrán impedirlo. JAJAJAJA

Belcebú bajo la mano de su rostro y corrió hacia nosotros.

Anciano: Muro de roca

Un muro de roca se levantó entre nosotros y Belcebú.

Belcebú: ¡Inútil!

Con las manos completamente desnudas Belcebú destruyo el muro sin sufrir ni un solo rasguño en su puño.

Diana: ¡Bala mágica!

Una esfera blanca salió de la mano de Diana y voló a gran velocidad esta esfera impacto con Belcebú lo que provocó que gritara mientras un olor a quemado invadió este espacio.

Belcebú: ¡AHHHHHHH! ¡Ese olor desagradable! ¡Eres una santa de esos viejos!

Corrí usando esprintar y sin dejar tiempo a que Belcebú reaccione impacte mi escudo contra él. Enviándolo al otro lado de sala.

Detrás de él se había puesto el carnicero quien con su cuchillo descendiendo grito.

Carnicero: ¡Festival de caza!

Su cuchillo brillo como si hubiera estado en una forja y recién haya salido de una fragua. Belcebú se curvo y apenas un pequeño corte se pudo hacer en su brazo, pero múltiples heridas aparecieron en todo su cuerpo. Cuando Belcebú choco contra una columna se había convertido en un mar de sangre. Sangre y pus salieron de las heridas acompañados con gusanos que parecían vomitar una especie de sustancia blanca que cerro completamente las heridas de Belcebú.


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