Rafael continuaba pensando en que hacer, pero finalmente se decidió por levantarse e ir a acostarse con ella, al menos intentar abrazarla y dormir a su lado, como tantas otras veces lo soño y eso hizo, se levantó y fue con ella, simplemente se acostó y la abrazo.
P: (siente que el la abraza y apreta su cuerpo junto al de ella) ¿Que estás haciendo Rafael?.
R: Solo quiero dormir con vos.
P: Si te deje quedarte, no es para que hagas esto.
R: Entonces ¿Para que? (comienza a besar su cuello).
P: Para... (Los besos le daban cosquillas y comenzaron a gustarle)
R: ¿Para?... (continuaba besándola)
P: (Se da vuelta)
R: (El se la queda mirando, con su mano aún en su cintura)
P: (Se acerca más y lo besa).
R: (le sigue el beso y comienza a tocarla más abajo que la cintura).
P: (Deja de besarlo y lo mira) ¿Que vas hacerme Rafa? (se le sube encima).
R: Todo lo que vos quieras (pone sus manos en cintura de ella).
P: Quiero que me hagas tuya (lo besa un vez más).
R: Si ... Si lo voy hacer...
Cuando de repente abre los ojos y se da cuenta que simplemente fue un sueño, un sueño mucho más largo de lo común, que lo sintió tan real, pero al quedarse dormido y soñar eso comenzó a pensar que tal vez al menos ella leyó las cartas que le dejo, con suerte al igual que en el sueño, le escribió y puede ir a buscarla. Se levantó de la cama, agarro su teléfono, pero no, no hubo suerte, ella no envío ningún mensaje, el se preguntaba si al menos ella las leyó, todavía arrepentido del atrevimiento que tuvo y deseando que ese sueño que tuvo sea real.
Ya no le quedaban más opciones, el ya no sabía que hacer, quería estar con ella, pero ella fue muy clara en su decisión y el ya no tenia nada más que hacer.
Mientras tanto Paula en su casa, esa misma noche estaba leyendo todo aquello que el le escribió, aunque quiso reprimir lo que sentía, aún así lo sentía demasiado, esas cartas de Rafael la hicieron sonreír, la hicieron sentir muy bien esa noche, pero ella sabía que tenía que ocultarlo, que no tenía que llamarlo, aunque una parte de ella lo quería y otra parte no.
Rafael no se iba a quedar sin hacer nada, otra vez iba a intentarlo como lo soño, ya que le costó encontrarla y sabía dónde era su casa, el tan solo quería conocerla, enamorarla y que estén juntos.
Entonces intento llamarla, ella corto, la llamo de nuevo y ella nuevamente corto, el le escribió un mensaje pidiéndole que lo atienda, que quería hablar con ella una vez más, Paula no sabía que hacer, no quería rechazarlo, pero tampoco podía entrar en el juego de Rafael, entonces, tomo la decisión de dejar que la llame, le atendió y hablaron.
P: Hola Rafa.
R: Hola Paula.
P: ¿Que querías hablar?.
R: ¿Por qué cortaste todas mis llamadas?.
P: Porque no es bueno que sigamos hablando, más sabiendo lo que pasó.
R: Paula, yo te quiero pedir disculpas por eso, tal vez fui demasiado rápido, lo sé.
P: Rafa, no es ir demasiado rápido, es que nosotros nunca fuimos.
R: No me digas eso.
P: Es la verdad Rafael.
R: ¿Leiste mis cartas?.
P: Si las leí.
R: ¿Te gustaron?.
P: Son bonitas, pero sería mejor que le escribas a una mujer que conozcas.
R: Lo decís como sino estuviese intentando conocerte.
P: No lo vas hacer Rafael.
R: Pero ¿Por qué?
P: Porque sos menor y porque no.
R: Tengo 17 años y en una semana cumplo los 18 ya.
P: Ay Rafael.
R: Yo solo quiero estar con vos, quiero conocerte, enamorarte y que estemos juntos.
P: Si, lo dijiste en tus cartas.
R: Dame la oportunidad, tal vez está semana no, pero la otra después de mí cumpleaños ya soy mayor de edad.
P: No solo se trata de eso.
R: ¿De que más entonces?.
P: Fuiste mí paciente.
R: Pero ya no lo soy, no es mala praxis, ni nada de eso.
P: (se queda en silencio).
R: Solamente pones excusas, ya te dije que cumplo 18 la semana que viene, pero decís que fui tu paciente, cuando ya no lo soy más, pones muchas excusas, para algo tan simple que es darme una oportunidad.
P: Rafa yo quisiera dartela pero no sé.
R: Sino es una oportunidad, dame una noche.
P: Claro, te sacas las ganas y se te va todo el amor ¿No?.
R: Yo nunca dije eso, pero vos tampoco querés que te ame.
P: Esta bien Rafael, como digas.
R: Dame una noche, solo eso te pido, nos vamos lejos y te tengo toda una noche para mí solo.
P: No lo sé Rafael.
R: Nadie va a enterarse, yo se que vos querés, no dejemos que mueran las ganas.
P: Está bien, ¿Cuando sería eso?.
R: El día que vos me digas, yo voy.
P: Mañana Rafa, hoy ya es tarde.
R: Eso no es problema, voy en taxi hasta tu casa, no lo sé, solo quiero tenerte.
P: Entonces vení, ya sabes dónde es.
R: ¿De verdad?
P: Ajam.
R: ¿Después no vas a cambiar de opinión y echarme no?
P: No Rafa, no voy hacer eso.
R: Entonces espérame que voy a ir ahora mismo.
Y eso paso, Rafael esa misma noche volvió a ir con ella, al parecer sus cartas realmente habían hecho efecto y ella realmente quería estar con el, simplemente por algunas cuestiones tenía que reprimirlo.