Chapitre 10: Purple hair
Desperté tirada en la calle, cubierta en sangre. El hedor era insoportable.
Al lado mío se encontraba un colorido traje negro raído, acompañado de trazos de un arma. Tome la cadena rota, apartando las mariposas monarcas.
No lejos de ahí, el psiquiátrico del estado ardía en llamas, y las sirenas se escuchaban cerca.
Sentía que había perdido algo, aunque no sabía exactamente qué. "El color verde de las llamas me recordaba alguien." "¿Qué será?"
Caminé hasta mi casa, esperando encontrar respuestas. En el trascurso vi mi reflejo en el charco de agua. "Cabello morado."
//"¿Hija?"
"Gracias a dios estás bien."
Mi madre me recibió afuero de la casa. "Cambiaste de color de pelo"
//"Amm, sí."
Al entrar, descubrí que mis padres adoptivos habían tenido un hijo.
Una oleada de emociones encontradas me invadió. Por un lado, me alegraba por ellos, pero por otro, no pude evitar sentir cierto desplazamiento.
//"Mira, Gustavo, tu hermana mayor."
//"¿Por qué estás cubierta de sangre? ¿Por qué no estuviste en mis cumpleaños?"
Mama lo regaño y lo mando al cuarto, en cuanto a mi respuesta. Le dije que no sabía. Ella me abrazó en su regazo. //"Estoy esperando a que vuelvas."
//"Pero, si estoy aquí, no es así, mama."
//"Ya me voy al trabajo, cuidas de tu hermano." Evadiendo la pregunta. "Usa mi ropa, después de que te duches."
Asentí y tiré la bata negra, junto a la cadena. Pronto comenzaron a llegar las facturas del tratamiento de papá, y mi propia enfermedad empeoró.
Mi cuerpo desarrolló resistencia a los medicamentos convencionales, y me vi obligada a buscar formas alternativas de conseguir dinero para costear los gastos médicos.
Fue en aquellos días cuando conocí a un hombre perteneciente a la era de los grandes capos de antaño. Tras varias salidas juntos, me propuso ser su novia.
Una noche como cualquier otra. Dijo unas palabras que resonaron en el fondo de mi corazón.
//"Hace tiempo que no veo a los de blanco o negro. Es extraño, tal vez estemos en otro mundo".
Aquella noche, acostada en la cama, medite sus palabras. ¿Otro mundo? ¿A qué se refería exactamente? Intenté buscar una explicación lógica, pero nada tenía sentido. Me levanté de la cama y me acerqué a él.
//"No me tomes el pelo", - "Explícate mejor, porque no entiendo nada de lo que estás diciendo".
//"Créeme, no estoy bromeando. Las cosas han cambiado mucho desde que los de blanco y los de negro dejaron de rondar por estas calles." - "Simplemente, desaparecieron de un día a otro."
//"Suena interesante, ¿Tal vez indague un poco?"
Inicie mi investigación sobre el logotipo del traje negro, pero no encontré ningún rastro o pista sobre su procedencia, y así concluyó mi primer año.
Para el siguiente ciclo escolar, ingresé a una prestigiosa institución ubicada en lo que solía ser la residencia de los emperadores: el Castillo de Chapultepec.
La verdad es que yo no tenía ningún motivo en particular para seguir estudiando, pero mi novio mencionó algo acerca de que, como hermana mayor, no estaba dando un buen ejemplo a mi hermano menor.
"Entiendo…Entiendo…. Entiendo… Ire a la escuela."
El primer día de clases, llegue tarde y fui llevada a la dirección junto a un gordito. Él no paraba de mirarme. "Sucede algo." Sacudiendo mi mano.
Mis palabras lo enmudecieron. "En fin."
Minutos después llego el director. Levantado la voz. Pase las siguientes 2 horas escuchando un sermón acerca de la puntualidad.
Terminado la charla el gordito se fue y yo me quedé a solas. Hablo sin tapujos sobre mi condicion.
//"Nuestra institución contó con modelo de clases híbrido. Pienso es la ideal para usted" - "Notifíquemelo cando requiere cambiar de modelo"
Me levanté del asiento esperado por fin irme.
"Una cosa más antes de que se retire, ####"
Meditando los comentarios como suelo hacerlo, termine alejándome de él.
Traté de verlo como una oportunidad para un nuevo comienzo, lejos de los peligros. Ya había acumulado suficiente dinero.
A pesar de haber dejado atrás aquel mundo oscuro, los gastos médicos de papá y mi propia enfermedad seguían siendo una carga.
En aquellos días, circulaban rumores en internet sobre un grupo de asesinos seriales y una nueva enfermedad que estaba cobrando fuerza.
El Doctor me contó sobre estos misteriosos sucesos y me hizo una propuesta.
Me mostró la tesis en la que estaba trabajando: un medidor de realidad capaz de evaluar el nivel de disociación de una persona. La idea era revolucionaria.
//"Acepto."
En mi desesperada situación, acepté sin pensarlo dos veces. Cualquier oportunidad de obtener ingresos adicionales era bienvenida y de paso me ayudará.
Así, inicié un pretratamiento experimental bajo la supervisión del Doctor. Por primera vez en mi vida, probé drogas. El resto, como suele decirse, es historia.
"Mis drogas, ¿Dónde están?" - ¿Aquí están, preciosas? - "Hablas de un nuevo trabajo"
//"Sí, mira, el gobierno…"
Me vi inmersa en un nuevo trabajo. Hace poco, se había descubierto un vasto sistema de túneles subterráneos bajo la ciudad, y el gobierno requería de personas dispuestas a explorarlos.
La paga era generosa, pero los riesgos eran inmensos. Se rumoreaba que esos túneles albergaban todo tipo de criaturas y fenómenos inexplicables.
//"Preparado. Equipo de exploración Número 7"
//"Aquí, peli morada. Lista para iniciar el descenso." Los demás miembros asintieron.
Después de regresar de las profundidades de esos túneles subterráneos, encontré a mi hermano sentado en la banqueta frente a nuestra casa, acompañado.
Temiendo que los peligros de mi pasado hubieran resurgido para atormentarme una vez más.
//"Pelimorada, has crecido bastante." Fue directo al grano. "Han secuestrado a tu exnovio, y pronto vendrán por ti y tu familia si no cooperas."
Intenté razonar con él, explicándole que ya me había alejado de ese mundo oscuro y que, además, no estaba en condiciones de ayudarlos debido a mi delicada situación médica.
De su chaqueta, sacó un paquete envuelto en papel marrón. "Son drogas experimentales. Considéralo un adelanto"
Convencida de que todo eran tonterías y amenazas vacías. //"No puedo aceptarlas."
//"Pruébalas, y verás que digo la verdad".
Durante una semana, comprobé su eficacia bajo la supervisión del Doc.
Tras comprobarlo fui en busca de aquel hombre a la zona roja de la ciudad. Me recibió con una sonrisa de satisfacción y, sin más preámbulos, me entregó mi antiguo equipo.
En aquella misión de rescate, aparecieron unos seres sombríos. Los seres sombra. Uno de ellos se me acercó y, en medio del tiroteo, me preguntó si deseaba gelatina. También me dio información en tiempo real de los enemigos.
//"Francotirador en el segundo piso."
A pesar de lo absurdo de la situación, estos seres parecían preocuparse por mi bienestar. "Ves ese gato del fondo, síguelo."
Logramos escapar por uno de los túneles siguiendo aquel felino, emergiendo en un gran espacio vacío bajo tierra.
Mi ex se apartó de mí y me reveló sus verdaderas intenciones: crear una vasta ciudad criminal oculta en las profundidades.
Me sentí traicionada al descubrir que su supuesto secuestro había sido una artimaña para manipularme. Aquello colmó mi paciencia y le disparé.
Poco después, comencé a trabajar en una cafetería, buscando rehacer mi vida de forma honesta. Sin embargo, cada vez que veía un postre con gelatina, no podía evitar sentir una extraña nostalgia.
La encargada les había preparado un postre de gelatina para darles la bienvenida.
Les preguntó cómo se sentían al estar finalmente afuera, después de tanto tiempo recluidos.
//"Es... nostálgico", respondió el Chico Gelatina.
Ese día, la encargada los llevó a un restaurante familiar para celebrar su incorporación al mundo exterior.
//"Hoy iremos a comer fuera."
Al día siguiente, los nuevos investigadores se reunieron a las afueras de la Ciudad de México. En una vieja haciendo abandonada.
La misión era asaltar el centro de la ciudad al atardecer para asegurar la zona y establecer la nueva sede central de la CIEAN.
//"¡Investigadores especiales! Hoy a las 18:00 horas asaltaremos el centro de la Ciudad de México".
Señaló las diferentes zonas en el mapa. "Nos dividiremos en tres fuerzas de ataque. Delta 1 atacará por el sur, delta 2 por el norte, mientras que alfa 1 realizará un despliegue por medio de paracaidistas".
El líder se acomodó la corbata. "Algo que deben saber es que no existe fuerza policial en la ciudad y el ejército ha sido comprado por el crimen organizado". Abrió un maletín que uno de sus asistentes le entregó. "Por órdenes directas del Comandante Supremo, tienen permiso para eliminar a cualquier policía o militar que intente obstaculizar nuestra misión".
"Si durante el operativo se encuentran con operadores extranjeros, déjenlos ir. No son nuestro objetivo en esta ocasión".
Prosiguió asignando a qué fuerza de ataque correspondería cada equipo. Cuando llegó el turno del equipo de Ami, el Doctor se acercó y los saludó, dedicándole una mirada especial a Ami.
//"¿Estás lista para esto? No te preocupes por las alturas, tú irás con la fuerza alfa 1 de paracaidistas", le dijo guiñándole un ojo.
//"Tengo miedo...miedo de no poder protegerme a mí misma y ser una mala líder para el equipo".
La encargada del equipo de Ami intervino. //"Confía en tu instinto, Ami. Si necesitas consejo, recuerda que puedes usar el intercomunicador en cualquier momento"
Luego se dirigió al grupo. //"Yo iré a preparar el avión para el despliegue de la fuerza alfa 1. Los veo en una hora".
Quedándose a solas, Ami le preguntó al Doctor: //"¿Por qué hay tan poco personal para esta operación? Somos apenas 40 entre todos los equipos".
//"Nadie más se atreve a desafiar al crimen organizado que domina la ciudad. Todos tienen miedo".
//"¿Tan mal está la situación?"
//"Me temo que sí", respondió el Doctor. "Pero ahora debo irme. Hay que ultimar los preparativos". Se despidió apresuradamente y se alejó corriendo.
Ami caminó hacia la armería, meditando sobre qué arma secundaria llevar.
Encontró al resto de los pacientes del psiquiátrico que conformaban los otros equipos, jugando despreocupadamente con el material bélico. Sacudió la cabeza aprobándolo y tomó un rifle de cañón alargado como arma secundaria.
Alguien ingresó dando órdenes para que todos abordaran el avión de inmediato y se colocaran los paracaídas.
Al filo del abismo, Ami quedo paralizada contemplando la altura en la que se encontraban.
El Chico Gelatina la tomó de la mano y el resto del equipo formó un círculo alrededor suyo.
//"Es hora de dar el salto de fe."
Uno a uno, saltaron al vacío, bañados por la luz anaranjada del atardecer.
Las primeras luces comenzaban a encenderse en los edificios.
En caída libre, el equipo se puso eufórico, gritando cosas relacionadas con sus propias realidades distorsionadas:
//"¡Puedo volar! ¡Soy un ave de presa!"
//"¡Soy dios!"
Desplegaron los paracaídas y por el intercomunicador, la encargada les dio las primeras indicaciones:
// "Su objetivo es asegurar el viejo Palacio de Gobierno."
Aterrizaron bajo una lluvia de plomo, y Ami se lanzó al suelo buscando cobertura. Desde el techo de un edificio comenzó a disparar con su rifle. En cuestión de segundos, se vieron rodeados por más de 60 sujetos fuertemente armados.
Los demás miembros del equipo se refugiaron también, y le gritaron a Ami esperando sus órdenes. Ella se hallaba indecisa, sus manos temblaban y su respiración estaba acelerada por la situación.
Por el intercomunicador, la encargada le gritaba instrucciones.
//"¿En serio somos la misma persona?", le dijo una chica de cabello rosado que apareció fugazmente ante ella.
La voz se desvaneció y un pitido agudo comenzó a acrecentarse, intercalándose con más diálogos inconexos:
//"Yo soy Harris Heart, un gusto conocerte cultivadora, -12".
//"Ahg, no me quiero convertir en zombi, por eso cooperaré con ustedes, seres de las estrellas".
//"Hija, puedes oírme.....puedes....soy.....regresa a casa."
En un breve momento de aparente tranquilidad, Ami divisó una figura etérea sentada en una de las campanas de la iglesia cercana. //"Es un angel."
Al centrar su atención en la misteriosa aparición, su propia imagen se desdibujó, mostrando otra versión de sí misma.
"El diablo no es solo un hombrecito rojo con cuernos y cola, puede ser hermoso después de todo, él era el Lucero de la Mañana de Dios." Declaro el paciente con complejo de dios.
El Chico Gelatina la golpeó repetidamente, trayéndola de vuelta a la cruda realidad de la batalla.
//"¡Concéntrate, Ami!"
Saltó usando su maletín especial como impulso, emitiendo un grito desquiciado.
//"¡Por fin ha llegado la hora de mi reinado!"
Ami reaccionó. //"¡Síganlo y prepárense, a saltar!" Les indicó a su equipo.
Al unísono, saltaron en diferentes direcciones, y cinco potentes rayos de energía iluminaron el lugar proveniente de sus maletines. Las armas especiales barrieron el área, acabando con las fuerzas hostiles que los rodeaban.
Ami dudó un segundo antes de accionar su propia arma.
//"Otra vez dudando agente de grado especial." - "El reloj hace tic toc." Moviendo sus alargados dedos. "Oh, tu cabello ha cambiado."
Ami materializó su traje negro de la CIEAN, su maletín se abrió, chisporroteando energía y su antigua compañera arma secundaria se accionó.
El ser humanoide recibió de lleno el disparo, ocultándose entre las cadenas de información y energía que fluían a su alrededor.
//"Usa tu habilidad", la voz del venerado maestro le dio la bienvenida.
Esta nueva Pelimorada, Ami, enfocó su poder mental y creó un artefacto resplandeciente que apareció en sus manos. Lo arrojó al piso, agrietándolo y atravesando la pantalla del teléfono. Saliendo al mundo físico.
En otra parte, la niñera tenía al padre de la chica como rehén. El padre, al ver a Ami emerger, esbozó una cálida sonrisa.
//"Por fin has vuelto, me alegra verte con tu cabello blanco otra vez." - "Hasta pronto..."
Ami corrió hacia ellos.//"¡Señor!", gritó, tratándolo de alcanzarlo con su mano extendida. El cuchillo se clavó en lo profundo del corazón.
El padre posó su mirada en los ojos de Ami. //"Mi único deseo... Eras tú."
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