Había un silencio absoluto en la habitación a oscuras. Jordan dijo suavemente: —Lauren, tú... ¿todavía estás despierta?
Ella se puso de lado para mirarlo.
—Cariño, ¿sabes qué? He esperado tres años enteros para este día. A menudo he fantaseado con ser tu esposa. Tal vez incluso todos los días. Mi sueño era casarme contigo. No me atrevo a rogarte que me ames tanto como amas a Victoria y tampoco pido mucho. Solo quiero ser como una mujer normal que lleva una vida normal y tiene un marido cariñoso. Cariño, por favor no me descuides, ¿quieres?
Lauren no era tonta y evidentemente podía darse cuenta de que Jordan la había descuidado deliberadamente durante las últimas dos horas.
Jordan fue puesto en una situación difícil: —Lauren...
Ella dijo con pena: —Cariño, nunca he experimentado la alegría de ser una mujer en mi vida. Ya tengo 26 años, no quiero esperar hasta los 30...