¡Click!
Cuando Nora abrió la caja fuerte, el sonido de la puerta al abrirse también sonó.
Miró bruscamente detrás de ella y vio entrar al hombre de negro. Su mano estaba en el interruptor de la luz y, con un chasquido, la habitación se iluminó como el día.
Los ojos de Nora se entrecerraron.
Por primera vez en su vida, Nora, que desde niña había sido líder en todos los ámbitos, sin importar lo que fuera, sintió una sensación de impotencia.
El hombre era demasiado fuerte.
Para ser sincera, no tuvo esa sensación ni siquiera cuando se peleó con Justin. Mientras ella pensaba, el hombre volvió a decir en un inglés roto: —Dame esa cosa. Te perdono la vida.
Nora no se movió, manteniendo la mano en la misma posición preparada para abrir la caja fuerte. Intentó ganar tiempo.
—Sólo eres fuerte porque tomaste el suero genético. Una fuerza artificial como ésa no disuadirá ni intimidará a nadie.