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298 DC – Camino a Desembarco del Rey
Una hermosa dama, de unos 13 años, caminaba con un hermoso vestido azul que combinaba con su pelirrojo cabello. Pero ademas de su belleza para tal edad, el detalle mas destacable era una hermosa mascota que llevaba atada por una correa, como quien pasea a un perro. Lo que se puede destacar, es que no era un simple perro, sino un lobo huargo. Los lobos huargos son un pariente cercano al lobo común, solo que mucho más grandes, inteligentes y fuertes que un lobo común. Y casi nunca se pueden encontrar al lado sur del Muro.
La familia Stark, antes de que el rey y compañía llegaran a Invernalia, encontraron a una hembra muerta junto a todos sus cachorros. Estos eran cachorros de lobos huargos, y todos los hijos de Ned, incluido Jon Snow, recibieron a su cachorro. En el caso de Sansa, el nombre de su lobo es Lady, y es un lobo igual de elegante y refinada que ella.
La niña quedo distraída por un segundo, mientras miraba a 3 mujeres arreglar su cabello, por lo que no notó una piedra en el suelo, que hizo que se tropezara, cayendo frente a una hermosa figura con el cabello dorado y los ojos rojos.
"Milady... debería estar mas atenta." Dijo Gilgamesh, con Sansa en sus brazos.
"Su A-Alteza..." Dijo Sansa sorprendida y a la vez aturdida, sin notar que estaba siendo sostenida por los brazos del hermoso hombre. Gilgamesh por primera vez caminaba solo, ya que su Guardia Negra lo rodeaba desde todas direcciones, pero dando un gran margen de distancia. Un radio de al menos 10 metros, tomando a Gil como el centro de la circunferencia. "¡Lo siento!" Dijo una vez mas Sansa con el rostro totalmente enrojecido.
"No es necesario pequeña, si te vuelves a tropezar estaré allí para sostenerte en mis brazos." Dijo Gilgamesh, con diversión en sus ojos. Pero este comentario, que fue tomado muy enserio por Sansa, casi hace que sus ojos se transformen en corazones. Por la devoción que sentía hacia su príncipe y prometido.
"Agradezco el honor, mi Príncipe."
"¿Gusta de una caminata?" Preguntó Gilgamesh, manteniendo sus ojos llenos de diversión mientras colocaba su brazo en forma de que Sansa lo cruzara.
"¡Si su Alteza" Contestó Sansa con una sonrisa encantadora mientras juntaba su brazo al de Gilgamesh, pareciendo una pareja de jóvenes tortolitos.
"Su Alteza." Preguntó Sansa a Gilgamesh mientras recorrían el campo, siguiendo el recorrido de un rio.
"¿Que sucede mi dama?"
"¿Quienes son esos hombres de negro que siempre lo están protegiendo? Su armadura es similar a la de la Guardia Real." Preguntó mientras miraba a las figuras que los rodeaban, a mas de 10 metros cada una.
"Ellos son la Guardia Negra."
"¿Guardia Negra? ¿Como la Guardia de la Noche?"
"No... la Guardia Negra es un grupo compuesto por 24 soldados que forme para que me sirvan y protejan personalmente. Eso incluye, naturalmente, a mi prometida también." Dijo Gilgamesh mientras tomaba el mentón de Sansa y la miraba a los ojos, lo que hizo que la chica abriera los ojos por la sorpresa. Pero al instante, con sus mejillas absolutamente rosadas, cerró los ojos y acerco su rostro al de Gil. Gilgamesh, por supuesto no se negó, y robo el primer beso de la joven dama Stark. Fue un beso suave y gentil, sin placeres extra, pero fue suficiente para dejar encantada a la dama norteña.
"Su Alteza..." Susurro Sansa.
"Tranquila dulce dama, este será nuestro pequeño secreto." Dijo Gil, a lo que Sansa asintió sonriendo.
Mientras la pareja seguía caminando por la rivera, escucharon unos gritos y quejidos, por lo que ambos aceleraron el paso para ver la escena. Y frente a ellos, estaba Joffrey, el hermano del príncipe heredero, sosteniendo una espada, con una Arya Stark acostada en el suelo con furia en sus ojos.
"¡Te matare maldita perra!" Rugió Joffrey con ira.
"¡Arya!" Gritó Sansa al ver la escena. Pero al momento siguiente, un lobo salto al brazo de Joffrey a morder, haciendo que este cayera al suelo con la mano ensangrentada y lagrimas en los ojos. "¡Lo siento su Alteza!" Dijo Sansa a Gilgamesh asustada por su reacción. Pero se sorprendió cuando este estaba totalmente calmado.
"Tranquila Sansa, tu no tienes culpa en esto." Respondió Gil, lo que hizo que la mujer pelirroja se tranquilizara. "Señorita Stark, si mata al tipo de allí, puede traerle varios problemas a su familia." Dijo Gilgamesh, y Arya volteo la vista a mirarlo junto a Joffrey. En Arya había molestia, pero en Joffrey había aun mas miedo que el que sentía antes.
"Pero..."
"No hay peros, Arya Stark. No empeores mas la situación." Respondió Gil firmemente, a lo que Arya asistió y se retiro.
"Su Alteza... ¿Voy a buscar ayuda?" Preguntó Sansa, pero no a Joffrey, sino a Gil.
"Puedes ir."
"Por favor n-no..." Dijo Joffrey débilmente en un tartamudeo, asustado de quedarse solo con este monstruo que tiene de hermano. Pero Sansa ya había partido.
Así llegaron al rato unos soldados Lannister junto a Sansa, y Gilgamesh siguió caminando con la dama mientras todos en el campamento buscaban a Arya que estaba desaparecida. Nadie se acercó a los tortolitos en la búsqueda, por que estaban rodeados en todas direcciones por los intimidantes hombres de la Guardia Negra.
"¡Milady!" Gritó Jory Cassel, sobrino de Rodrik Cassel, quien era el líder del los guardaespaldas que Ned llevó a Desembarco del Rey. Era el equivalente a Leonidas en la Guardia Negra.
"¡Ser Jory!" Gritó Sansa.
"¡Muévanse!" Gritó Jory, pero los soldados negros permanecieron inmóviles mientras lo miraban. Ante la falta de acción, Ser Jory desenvaino su espada de manera amenazante, y al instante siguiente todos los hombres vestidos de negro hicieron lo mismo.
"No quieres esto..." Dijo uno de los soldados de negro con una sonrisa que envió escalofríos a Jory.
'Ese hombre es muy peligroso.' Pensó la mano derecha de Ned Stark.
"Aníbal, puedes dejarlo pasar." Dijo una voz desde dentro de la formación de hombres, negros, y el hombre frente a Jory simplemente se movió hacia un lado.
"Sus deseos son ordenes, su Alteza." Respondió, y Jory finalmente pudo ver a Sansa.
"¿Que esta pasando Ser Jory?" Preguntó Sansa en un tono preocupado mientras descansaba en los brazos de Gilgamesh, ambos sentados en el paso.
"Milady, su Alteza." Dijo Jory por etiqueta. "Su padre solicita su presencia. Su hermana acaba de ser encontrada y se necesita el testimonio de ambos."
Gil ya sabia que una situación así pasaría, y le parecía bastante divertida. No tiene nada contra Sansa ni mucho menos. De hecho, como la persona orgullosa que es, no dejaría que se le faltara el respeto a Sansa mientras este comprometido con él, por que es su responsabilidad cuidarla y protegerla. Lo mismo con sus futuros hijos. Esto es diferente a sus hermanos o padres, ya que no siente ese sentido de responsabilidad frente a Cersei o Joffrey. Ni siquiera con Myrcella, pero a esta le tiene cariño.
"Ahora vamos, Ser Jory. Puede partir primero." Dijo firmemente el príncipe mientras miraba a Jory, y este solo pudo asentir.
"Deberíamos ir ahora su Alteza." Dijo Sansa un poco tímida.
"Es verdad... me gustaría quedarme mas tiempo a tu lado, mi dama. Pero es hora de volver." Respondió Gil, y cuando se levantaron, un hermoso lobo de pelaje blanco se revelo, quien descansaba bajo el vestido de Sansa.
"Vamos Lady." Dijo Sansa mientras se levantaba para comenzar a irse a mi lado.
"No."
"¿No que?" Preguntó Sansa confundida.
"El lobo de Arya probablemente será ejecutado." Dijo Gil, y los ojos de Sansa se abrieron.
"Pero..." Dijo Sansa con voz preocupada, pero fue interrumpida.
"No morirá, ya que lo mas probable es que Arya lo haya liberado." Comentó Gil, y Sansa puso una expresión de alivio.
"Pero eso solo significan que ejecutaran al tuyo como castigo."
"¡Que!"
"Tranquila, mi dama, no dejare que le pase eso a Lady, pero es mas fácil que simplemente alguien se lo lleve." Comentó Gil, y Sansa puso ojos complicados, pero finalmente asintió. "Temistocles."
"Su Alteza." Dijo una de las figuras de negro mientras asentía.
"Llevate a Lady junto a tus 3 discípulos y tomen otro camino a Desembarco del Rey. También pinten el pelaje del lobo antes de ingresar. Probablemente sospechen de que desaparecieron para llevarse al lobo, pero no hay nada que puedan hacer." Dijo Gil, y los 4 hombres asintieron mientras se llevaban al lobo, quien se mostraba reacio a irse.
"Adiós Lady..." Susurro Sansa, a lo que Gil la abrazo, lo que hizo que las lagrimas salieran de sus ojos mientras abrazaba al príncipe. "Muchas gracias, mi príncipe." Fue lo que dijo antes de que comenzaran a dirigirse al lugar de reunión.
Dos figuras entraron por una puerta, llena de soldados del norte, soldados Lannister, y miembros de la Guardia Real.
"¡Finalmente están aquí!" Gritó el rey con molestia, mientras Gilgamesh Baratheon y Sansa Stark entraban en el lugar abriéndose pasó entre todas las personas.
"Lord Stark, madre, padre..." Dijo Gilgamesh mirando a todas las figuras, con disgusto en su voz al referirse a la ultima persona. Disgusto que no pasó desapercibido para el rey, que frunció el ceño. Aunque tampoco era un secreto que no le gustaba a Gilgamesh tampoco. Mucha gente sabia eso.
"Cuéntennos que paso allá. Y todo con la verdad. Es un grave crimen mentirle al rey." Dijo Robert, mientras Cersei miraba con duda.
"Bueno... daba un paseo con Sansa cuando escuchamos unos gritos, así que nos acercamos al lugar. Al llegar estaba Joffrey sobre Arya, apuntándola con una espada. Pero cuando parecía que la ocuparía, un lobo saltó a morderle la mano." Dijo Gil, y Cersei frunció mucho el ceño mientras se sentía traicionada por su propio hijo. Ned Stark por otra parte se alegró de escuchar las palabras del joven príncipe, ya que no tendría sentido que mintiera contra su familia, lo que significaba que Arya decía la verdad.
"Esto es complicado..." Murmuro Robert. "¿No vieron nada antes?" Preguntó Robert, y los 2 jóvenes negaron con la cabeza. "Entonces... como no hay nada claro con los hechos de lo que sucedió antes, yo me encargare de disciplinar a mi hijo, y pido que hagas lo mismo con tu hija Ned. Aunque me disculpo por lo que hizo el niño. No debería poner en esa posición a tu hija."
"Así será, Majestad." Respondió Ned.
"¿Que pasa con el lobo? ¿La bestia que atacó a tu hijo?" Dijo Cersei con veneno en la voz.
"Olvide al maldito lobo..." Dijo Robert, y se dio la vuelta para mirar a un soldado Lannister.
"Su Majestad, no encontramos rastros del lobo huargo."
"Pues entonces no hay nada que hacer..."
"Tenemos otro lobo." Intervino Cersei, y el ambiente se puso tenso ante el comentario. Sansa tenia una expresión seria. No era una buena actriz, por lo que intento mostrar falsa tristeza. Solo una cara de Poker. Pero eso no era el caso de Arya o Ned, que estaban visiblemente nerviosos.
"Así sera." Respondió el rey después de pensarlo un poco mirando a Cersei.
"Su Majestad..." Dijo Ned mirando a su rey.
"Un lobo no es una mascota Ned. Dale un perro y será mas feliz." Fue lo único que dijo Robert antes de retirarse.
"¡Lady no hizo nada!" Gritó Arya, mientras Sansa permanecía en silencio.
"¿Esa es su orden?" Preguntó Ned con molestia en su voz. Pero Robert no respondió, simplemente se retiro.
"¿Donde esta la bestia?" Preguntó Cersei.
"Su Majestad... no lo sabemos. No parece estar afuera." Respondió el guardia, y Sansa inconscientemente sonrió, lo que alertó a Cersei.
"¿Donde esta el chucho?" Preguntó Cersei nuevamente con molestia.
"No lo se..." Respondió Sansa tímidamente. Atorando sus breves palabras.
"¡Mientes!" Dijo Cersei.
"Quizás escapo." Intervino Gilgamesh sonriendo, llamando la atención de todo. "Es una pena que la voluntad del rey no pueda ser cumplida. Ambos lobos escaparon." Repitió una vez en un tono burlón. Lo que puso aun mas tenso el ya complicado ambiente.