[La gema azul corresponde al núcleo mágico de la serpiente Casaka de colmillos venenosos azules]
[Valor actual del núcleo: 100 SP/10000¥]
"¿Esta cosa vale tanto dinero?"- se preguntó Goku observando la gema con curiosidad, pero estaba más intrigado en saber qué era un núcleo mágico.
Entonces leyó lo que puso el sistema como información y entendió que los núcleos mágicos eran objetos de valor que llevaban las bestias en su cuerpo, algunas tenían más de un núcleo.
Los núcleos mágicos tenían diferentes usos pero para una batalla no servirían de mucho que digamos, al leer aquello Goku pensó que lo mejor sería adquirir el objeto y luego venderlo.
Por lo tanto añadió el núcleo mágico de la Casaka de colmillos azules al inventario, y después presionó la opción 'vender'.
[Puntos acumulados: 100 SP]
-Wow, realmente funcionó -habló Goku al ver que había podido incorporar con éxito el núcleo mágico al inventario y luego venderlo en la tienda.
La tienda había adquirido el núcleo mágico mientras que él había adquirido puntos de experiencia, sin duda un intercambio justo.
Pero Goku no estaba tan interesado en los puntos de experiencia, al menos no de momento, así que pensó convertir esos puntos en dinero físico.
"Es hora de volver a casa.. pero antes dormiré uno rato"- pensó Goku dejándose caer sobre el suelo y cerrando sus ojos con una sonrisa.
Horas después.
Aika suspiró sentándose en el sofá del salón mientras tomaba su móvil, acaba de acostar a Natsuki luego de que ella hubiera cenado.
Miró los chats de su celular con una sonrisa triste, apenas habían cuatro o cinco chats ahí: su hermana, sus amigos de infancia y Goku, su amigo más reciente y compañero de aula.
-¿Qué estarás haciendo Goku-kun? -se preguntó Aika suspirando del aburrimiento, parecía que la vida de Goku era una odisea comparada con la suya, que era más bien unas rutinas diarias.
Hasta ahora le gustaba el rumbo que tenía su amistad, quién sabe si llegarían a ser algo más en el futuro pero de momento Aika no quería estropear lo que ambos habían cultivado.
Repentinamente escuchó el sonido de la puerta siendo tocada varias veces, algo extraño porque el timbre estaba justo al lado, ¿quién sería a estas horas? Esperaba que no fuera alguien del banco...
"Buenas noches Aika"
Microsegundos después de escuchar aquellas palabras una sonrisa ilusionada apareció en el rostro de Aika, pero enseguida la cambió por su sonrisa seductora dedicada a su 'Goku-kun'.
-Hey Goku-kun, ¿vienes a pasar nuevamente la noche conmigo? -preguntó Aika bajando la cabeza con su sonrisa y dejando ver parte de su generoso escote donde habían dos orbes.
Aika se sorprendió al ver que en ningún momento Goku había bajado la mirada para fijarse en sus pechos, eso hirió un poco su orgullo de mujer.
-No jejeje, pero me gustaría darte algo -habló Goku llevándose las manos al bolsillo y Aika arqueó sus ojos con algo de curiosidad.
Goku sacó de sus bolsillos un sobre donde estaba el dinero que equivalía el núcleo mágico, un total de diez mil yenes según dijo el sistema.
Aika enseguida se dio cuenta de lo que contenía aquel sobre y tomó las dos manos del azabache cerrándolas sobre sí, como si lo rechazara.
-Goku-kun... no es necesario que me ayudes, te dije que quiero contribuir a los gastos por mis propios medios -habló Aika sonriendo.
-Lo sé Aika, pero como amigo no puedo resignarme a ver de brazos cruzados qué necesitas algo cuando yo puedo dártelo... -habló a su vez el azabache dejando aquel sobre en las manos de Aika, cuyos ojos se cristalizaron.
-Goku-kun... no -susurró Aika, ella no quería ser una inútil y sentía que si Goku le daba ese dinero lo sería. Odiaba sentir aquel sentimiento.
-No, no pienso que no puedas ganar tu propio dinero sino que todo lo contrario, te ayudaré y contribuiré en lo que pueda porque eso es lo que hacen los amigos, ¿no? Ayudarse en los problemas -habló Goku con una gran sonrisa.
-¿Y tú? ¿N... no necesitas ese dinero? -preguntó Aika dado que sabía que Goku era huérfano y además tenía un trabajo para pagar sus gastos.
-Bueno, realmente disfruto el trabajo que tengo y como no tengo muchos gastos y soy becado, no necesito tanto dinero, así que ten -habló Goku sin quitar su sonrisa y Aika se ruborizó al verle.
¿Por qué Goku se preocupaba tanto por ella? ¿Qué chico normal y corriente despreciaría tal cantidad de dinero para dársela a otra persona?
Su hermana le enviaba lo suficiente para pagar su matrícula y la de Natsuki y pagar algunos gastos, pero habían meses donde las pasaban canutas en esos tiempos en que estaban justos de dinero.
Aika contó que en el sobre habían diez miles yenes, había de sobra para que pudieran llegar a final de mes y con el dinero que enviaría su hermana no tendrían nada de problemas.
-Entonces Aika, nos vemos mañana -habló Goku mientras se daba la vuelta- Que tengas una feliz noche y mándale saludos a Natsuki... o no.
Goku tuvo un escalofrío al recordar el rostro de Natsuki enfadada, prefería pelear mil veces contra la Casaka que ver enfadada a la niña.
Aika sin poder evitarlo corrió hacia Goku y le abrazó desde la espalda mientras unas lágrimas salían de sus ojos. Goku parpadeó ante aquello y esbozó una sonrisa aún sin darse la vuelta.
-M..muchas gracias Goku-kun, no me merezco tu ayuda -sollozó Aika intentando contener sus lágrimas pero le era imposible conseguirlo
Goku se dio cuenta en ese entonces de que el sistema no sólo le ayudaba a hacerse más fuerte, sino que podía ayudar también a otras personas y hacerlas felices, como lo era Aika ahora.
Sueño de Goku.
Una gran armadura plateada estaba arrodillada ante un trono sobre el que estaba un ser rodeado de luz, de la armadura salían seis alas plateadas.
Aquella armadura estaba envuelta en una luz brillante, él fue el mayor fragmento de luz que creó Dios cuando dividió las fuerzas de luz y oscuridad.
Los ocho fragmentos de luz pasaron a llamarse Gobernantes mientras que los trozos de oscuridad eran monarcas, ambos opuestos uno del otro.
Los gobernantes buscaban evitar la destrucción que generaban los monarcas, unos seres del caos que amaban en gran manera la destrucción.
Innumerables guerras se sucedieron entre Monarcas y Gobernantes durante miles y miles de años, sin que ninguno de ellos saliera victorioso.
Los Gobernantes cansados de esta interminable guerra se presentaron ante el trono de su padre.
"¿Por qué no ayudas a tus servidores que luchan por ti sacrificándose día tras día en la guerra?"
"¿Por qué finges no ver lo que sufrimos?"
"¿No escuchaste los gritos de muchos soldados muriendo por ti cada día y en cada batalla?"
"Danos la fuerza para destruirlos, y les cortaré en pedazos, todo ello para salvaguardar tu seguridad"
El ser absoluto se quedó callado en su trono y los gobernantes se desesperaron, sabiendo que tendrían que seguir batallando... mientras existiera el ser absoluto, que gobernaba sobre ellos.
Sin embargo, la desesperación producida por la guerra se convirtió en ira, y la ira se convirtió en odio, y todo ese odio fue cargado hacia el ser absoluto pues él no quería frenar esta guerra.
Por ello, luego sacaron sus espadas para terminar esta lucha sin sentido, que servía de mero de entretenimiento para el absoluto.
Esta era una rebelión contra el "Absoluto".
-Padre, ¿por qué permitiste esto cuando podías haberlo evitado? -preguntó la armadura viendo al que estaba sentado en el trono frente a él.
El ser absoluto se mantuvo en silencio mientras que observaba a su creación, el mayor fragmento de luz de entre los ocho que había dividido.
-Ashborn, cometí un error -habló el ser absoluto de aquel trono y el llamado Ashborn alzó la cabeza.
-¿Eh? -preguntó el Gobernante bastante desconcertado viendo a su creador, quien se levantó del trono por primera vez en milenios.
-No tuve un propósito claro al crear Gobernantes y Monarcas, por eso decidí que jugaran al gato y al ratón y que eso me entretuviera -habló el ser.
Justamente por ese entretenimiento siete de los ocho Gobernantes estaban preparando una rebelión para destronarle de una vez por todas.
-Pero ahora mi creación se ha vuelto contra mí, les di tanto poder que juntos los siete sobrepasan al mío -prosiguió el ser absoluto- si he de morir por la mano de alguien espero que sea bajo la tuya Ashborn, estoy orgulloso de ti, mi leal caballero.
Desde luego Ashborn no estaba contento con que el see absoluto haya orquestado el conflicto con los Monarcas sólo para su entretenimiento.
Ashborn había visto caer a miles y miles de sus camaradas en la guerra contra los Monarcas y el hecho de que todo eso no fuese más que un juego del ser absoluto le enfurecía enormemente.
Pero si algo había aprendido en estos miles de año es que no debía abandonar a un camarada, si los Gobernantes se hubieran abandonado entre sí los Monarcas les hubieran vencido hace tiempo.
Así que él no abandonaría a su creador, sería leal hasta el final y le defendería a capa y espada con honor. Por algo era el mayor fragmento de luz.
-Seré tu leal caballero hasta el final, incluso si eso significa mi muerte no me voy a rendir -habló Ashborn materializando una espada de luz.
CRACK.
Las puertas de aquel lugar se rompieron y Ashborn vio con horror como miles de legiones estaban frente a él lideradas por los siete Gobernantes.
Ashborn invocó a sus tropas para que defendieran al ser absoluto a su lado, se mantendría leal hasta la luchando contra sus camaradas.
¿Les estaba abandonando? No, fueron ellos quienes le abandonaron en la lucha contra los Monarcas y para rebelarse a su creador, Ashborn no hizo lo mismo ya que era leal al absoluto y no a los otros Gobernantes que eran sus camaradas.
El ser absoluto sabía que Ashborn no tenía oportunidades de vencer a siete Gobernantes, pero había puesto un seguro en él que le coronaria como el más fuerte:
El poder de la muerte y las sombras.