"Supongo que lo mejor es probar la varita que seleccione antes para usted ¿no cree señor Rosier?" Ollivander tenía la varita en sus manos lista para ser entregada en las manos de William, pero antes de que este pudiera sostenerla otra varita salió volando e impidió el suceso.
Los ojos de Ollivander se abrieron en gran medida, era obvio que estaba sorprendido, nunca antes había esperado que esto sucediera es decir nunca antes había sucedido, una varita tomó la iniciativa para buscar a su dueño es como si esta misma tuviera alma.
"Al parecer tenemos a una varita muy emocionada" dijo Olivander tomando la varita en sus manos "madera de olivo, núcleo de pelo de unicornio, diez pulgadas y algo rígida. Supongo que esta es la indicada señor Rosier"
Ollivander se dispuso a entregarla pero otro evento fuera de pronóstico ocurrió, los estantes comenzaron a temblar "¿qué sucede, los estantes están temblando?" preguntó William pero el señor Ollivander puso su dedo en los labios de William haciendo que este se callara.
"No son los estantes, son las varitas"
"¿las varitas?" preguntó William haciendo que Ollivander asintiera con la cabeza
"Tienes un talento extraño chico, nunca había visto esto antes... la verdad en toda la historia de Ollivanders jamás hubo un registro similar. Parece gustarle a todas las varitas señor Rosier"
"¡¿que?!" preguntó William con una expresión llena de desagrado "¿como saber cual es mi varita ideal?"
El señor Ollivander solo levantó sus hombros indicando que no tenía idea sobre lo que había que hacer a continuación.
Habiendo visto la reacción anterior de la varita sabía que esto podría ser peligroso, es decir con tantas varitas en los alrededores puede que termine siendo asesinado antes de entrar a Hogwarts.
El cerebro de William comenzó a procesar lo ocurrido y no encontraba una respuesta lógica, es decir la magia no es lógica pero tampoco el hecho de ser atacado por varitas celosas.
William levantó sus brazos como si estuviera en la guerra y pronunció palabras en voz alta "Creo que lo mejor seria que yo mismo seleccionará una varita, es decir se que todas las varitas presentes están emocionadas por venir conmigo pero no puedo llevarlas a todas, no tengo las manos suficientes como para usarlas todas, eso sin mencionar que hay muchos magos que adorarán tenerlas"
Todo el sonido se detuvo de inmediato, las varitas habían vuelto a estar tranquilas pero ahora William tenía que cumplir su palabra y escoger una compañera. No podía pedir consejos al anciano Ollivander ya que sería lo mismo que denigrar una varita de otra y aquello podría comenzar una masacre donde solo había un objetivo.
Sabiendo que su vida estaba en peligro era inevitable que le pusiera todo el esfuerzo a su elección, William recorrió la tienda de varitas y miró en todos los rincones o al menos lo intento.
"¿ya hizo su elección señor Rosier?" pregunto Ollivander desde un lado
"Algo así" respondió William vagamente mientras apretaba sus puños una última vez y activaba el ojo de la mente otra vez.
El rango de visión de William se extendió por toda la tienda, ahora podía ver unos metros más, el haber despertado la magia en su interior influyó en el ojo de la mente desarrollando un crecimiento espontáneo de habilidades, casi como una evolución.
Ahora con todos los detalles en su mente William podía ver cada varita dentro de cada una de las cajas, todas tenían un brillo de color celeste rodeándolas.
"Varita indicada" murmuró William como una orden para su ojo de la mente y este mismo dejó de señalar a todas las varitas en cambio hizo brillar una en particular, una varita envuelta en solo un paño al final de un estante en un lugar que parecía no haber sido limpiado hace décadas.
William camino a paso firme hasta el lugar y sacó el paño delicadamente causando gran sorpresa en Ollivander.
"Esa es..."
Con las manos William quito el paño revelando una varita de color negro sin un mango especifico y solo con una pequeña gema en el centro formando una flecha donde suponia estar la punta de la varita.
"supongo que esta es la indicada" William tenía una sonrisa leve en su rostro agitando la varita levemente para que se despertara la magia y revisar la compatibilidad.
El silencio dentro de la tienda de varitas Ollivanders desapareció repentinamente siendo reemplazado por el sonido del bosque, el canto de las aves, el revolotear de las hojas se extendió hasta los oídos de Ollivander, incluso los aromas del bosque llegaron a sus fosas nasales.
"Parece que esta varita finalmente aceptó su dueño" dijo Ollivander orgulloso mirando a William envuelto en aquella luz.
"¿finalmente?" preguntó Will desconcertado, claro que estaba olvidada pero este mismo esperaba que fueran un par de años a lo sumo una década pero solo fue una suposición vaga después de todo.
"Esta varita señor Rosier lleva tres siglos entre los estantes"
"¡¿tres siglos?!" exclamó sorprendido William pero Ollivander solo asintió con la cabeza
"Esta varita fue diseñada por mi abuelo y mi bisabuelo como un proyecto para crear una varita que rivalizara a la legendaria varita de sauco, lamentablemente fue un estrepitoso fracaso o eso era lo que se sabía hasta ahora"
"Una varita capaz de rivalizar con la varita de sauco" murmuró William mirando la varita de sus manos "seria increible si fuera real"
"Esas fueron exactamente las palabras de mi bisabuelo" Ollivander se rio "No había forma de saber que tan poderosa era la varita ya que esta nunca escogió a un dueño y puedo suponer el motivo de esto"
William tomó asiento y miró a Ollivander "La varita que tienes en tus manos es única ya que posee no uno sino dos núcleos en su interior y además uno de esos núcleos no es uno normal"
"La varita está hecha con madera de saúco como referencia, tiene un largo de doce pulgadas y es increíblemente rígida. Los núcleos en el interior de la varita corresponden a dos especies diferentes, el primer núcleo es una pluma de cola de ave del trueno, una especie rara que puede predecir los peligros alrededor del dueño de la varita e incluso puede lanzar hechizos preventivos en caso de un peligro mayor. El segundo núcleo pertenece a una hada"
"¿un hada?" preguntó William sorprendido levemente, las hadas ciertamente no eran usadas para las varitas pero tampoco es como que fueran especiales, simplemente eran populares entre los muggles pero en la comunidad mágica eran a lo sumo extrañas pero nada más.
"La varita no posee la esencia de un Hada sino el propio corazón de una de ellas, esto quizás no la haga poderosa pero permite al mago sacar mas de si mismo" Ollivander lo decía con total confianza en la varita "Esta es una varita especial, espero puedas apreciarla adecuadamente"
William miró la varita en su mano con satisfacción y orgullo "No se preocupe señor Ollivander, me encargare de cuidarla adecuadamente"