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20.98% Pisotear los Cielos / Chapter 16: Capítulo 16

Chapitre 16: Capítulo 16

Para alguien a quien le gusta aprender, no hay nada más aburrido que asistir a una clase en la que no aprende nada. Liam pudo llegar a esa conclusión después de asistir por más de un mes a clases monótonas en las que se explicaban conceptos que para él debían ser obvios. No es que no entendiera que no todo el mundo iba tan avanzado como él, ni mucho menos, pero realmente parecía que a este paso, los alumnos no aprenderían a transformar la teoría en practica hasta mucho más tarde.

Luego, su día a día consistía en hacer su rutina de entrenamiento, hacer ver que escuchaba en clase, pero en realidad practicando su control de magia, hacer los deberes y dormir.

Hacía unos días, sin embargo, que su magia no aumentaba. Dumbledore le había hablado sobre que para pasar de un Gran Reino a otro se necesitaba algo especial, no era como las fases intermedias que simplemente requerían llegar a un cierto punto. En realidad, lo que se necesitaba era un detonante, algo que le permitiera experimentar un gran impulso en sus capacidades.

Tenía una idea sobre cómo lograr tal cosa, pero en esos momentos le era imposible llevarla a cabo, pues necesitaba algunas condiciones que, en un espacio controlado, no podían ser realizadas.

Por otra parte, Liam también había seguido hablando de vez en cuando con el Diario de Riddle. Hizo que Tom creyera que su odio por los muggles no tenía límites y, sorprendentemente, funcionó. El joven Doyle tenía una teoría sobre por qué el Riddle del Diario era tan ingenuo, era posible que, al ser solo un fragmento del alma de Voldemort, no tuviera todas sus capacidades mentales.

Su plan era hacer que se confiara. No tenía mucha idea del poder del basilisco, pero no tenía ningunas ganas de descubrirlo mediante la muerte de algún estudiante. Por otro lado, tenía que conseguir que el trío dorado se involucrara en la búsqueda de la Cámara de los Secretos, ya que por mucho talento que tuviera, el Pársel era una habilidad hereditaria y, por lo tanto, era imposible de aprender, por mucho que en los libros se mencionara que Ron aprendió alguna palabra de Harry cuando dormía. Así que ese mismo día, la Noche de Halloween, llevaría a cabo la segunda fase de su plan.

Las clases pasaron sin pena ni gloria, pero durante la cena Liam se puso de pie después de haber acabado lo más rápido posible. Tenía que actuar con una gran precisión en los tiempos, salió del Gran Comedor sin que nadie lo notara excepto Dumbledore. Esa era otra forma de usar su magia, evitar que otros lo notaran; no lo hacía invisible, sino que nadie lo notaría excepto, por supuesto, aquellos con mayor poder que él.

Dumbledore lo vio irse, curioso. Una vez fuera del Gran Comedor, Liam se hizo invisible y se movió hacia el sitio donde podía sentir a la Señora Norris. La encontró y el gato no se dio cuenta de su presencia. No podía perder tiempo, así que le lanzó una Maldición de Petrificación impulsada por su base de cultivo.

La Señora Norris tenía unas reservas de magia casi inexistentes, así que la petrificación duraría tanto como el propio Liam quisiera, excepto si se usaba algún remedio como la poción de despetrificación hecha de Mandragoras. El felino se quedó tieso, completamente inmóvil.

El chico se apresuró a atarla con unas cuerdas convocadas por su varita y la llevó hasta uno de los pasadizos, teniendo un gran cuidado a la hora de comprobar que no había nadie mediante su En.

La colgó de la misma forma que en las películas y con otro hechizo más conjuró unas letras hechas de sangre. "La Cámara de los Secretos ha sido abierta, enemigos del heredero, temed".

No se detuvo a apreciar su obra, sino que se movió hacia la dirección en la que sentía a Harry y lo encontró saliendo del despacho del profesor Lockhart. También descubrió que Ron y Hermione se acercaban a su ubicación.

-Perfecto -pensó mientras sonreía.

Sus ojos anteriormente castaño oscuro se iluminaron con un profundo azul mientras hacía contacto visual a los ojos de Harry, aunque este último no lo sabía debido a su Hechizo de Invisibilidad. Liam activó su Legeremancia, que bajo la tutela de Dumbledore fue la habilidad que más mejoró durante su entrenamiento de verano, a parte de su fuerza física.

-Sangre, quiero sangre -susurró, y Potter se sobresaltó. La voz parecía provenir desde su cabeza, Liam también la modificó para parecerse un poco a la que recordaba de la película -. Matar, matar, dame tu sangre.

De repente, Ron y Hermione aparecieron y vieron a Harry que estaba aterrorizado.

-¿Harry, qué sucede? -cuestionó el pelirrojo.

-¿Habéis escuchado eso? -preguntó con mucho cuidado el joven Potter.

-¿Escuchar? No hemos escuchado nada -le respondió Hermione preocupada -. ¿Estás bien, Harry?

Sin responder, negó con la cabeza y empezó a correr, sus amigos le siguieron. No tardaron en llegar al sitio en el que Liam había colgado a la Señora Norris. Horrorizados, vieron al gato que parecía un cadáver y pronunciaron inconscientemente en voz alta la frase.

Los tres palidecieron e hicieron un ademán de escapar, sin embargo pronto se escucharon los pasos de todos los alumnos que acababan de comer. Sin tiempo para hacer nada, se vieron rodeados por una multitud de estudiantes completamente silenciosos ante tal escena.

Malfoy luego pronunció unas palabras y todos empezaron a murmurar. Llegó también Filch y empezó a amenzar al trío de muerte por matar a su gata, tuvieron que venir los profesores y, después de un corto análisis, pudieron determinar que no estaba muerta, sino petrificada, aún así Filch exigía un castigo para los tres.

Dumbledore, con aspecto más serio de lo usual, ordenó a todos los estudiantes que se retiraran a sus habitaciones. Todos se retiraron murmurando entre ellos.

Después de unas pocas palabras con Harry y sus amigos, el director por fin se retiró a su despacho y, una vez allí, se frotó las sienes con aspecto cansado.

-¿Me vas a explicar lo que sucedió? -comentó, aparentemente, al aire.

Liam se reveló, deshaciendo su hechizo, y se sentó en una de las sillas enfrente del escritorio del director. Luego sacó el Diario de Tom Riddle.

-Solo para confirmártelo, el que petrificó a la Señora Norris fui yo -dijo -. Durante nuestro viaje hacia el Castillo, pude sentir una increíble cantidad de magia oscura provenir de la menor de los Weasley, la investigué un poco y pude determinar que provenía de este diario. Creo que si ve a quién le pertenecía lo entenderá mejor.

Dumbledore leyó el título y sus ojos se ensancharon momentáneamente, luego su mirada se volvió aún más seria.

-Al principio no estaba seguro, pero una vez lo tuve en mis manos, todas mis dudas se despejaron -comentó Liam con voz grave -. Haga el favor de activar su Ojo Mágico.

Dumbledore asintió y lo hizo.

-Esto es... Realmente hizo más de uno -Albus negó con la cabeza entristecido -. Creo que ahora comprendo un poco mejor la situación.

Liam asintió.

-Sin duda es un horrocrux -afirmó -. Sin embargo parece algo especial, si alguien escribe en él, será capaz de hablar con el fragmento de alma que Voldemort dejó en él. Conseguí extraerle información engañándolo para que creyera que estoy fuertemente en contra de los muggles, la información que encontré es preocupante, maestro.

-Bien hecho, Liam -felicitó el director la hazaña -. Dime, ¿Qué descubriste?

-Al parecer la Cámara de los Secretos existe de verdad, y el monstruo dentro de ella es... -Liam hizo una pequeña pausa para que la información se asimilara -. El monstruo es un basilisco y, si mis deducciones son correctas, uno muy antiguo y poderoso.

El poderoso mago pareció estremecerse ante la idea de que uno de los fundadores de Hogwarts dejara una criatura tan temible en el colegio.

-Albus, necesitamos a Potter para esto -Dumbledore lo miró curioso debido a su súbita afirmación -. Para abrir la Cámara es muy probable que sea necesario hablar Pársel.

Los ojos del viejo hombre brillaron en comprensión.

-Sin embargo, esto no es como el año pasado -continuó Liam con preocupación -. Si mi estimación sobre el poder del basilisco es acertada, es muy probable que me tenga que revelar a Harry.

-Estoy de acuerdo -contestó Dumbledore cansadamente.

Ambos sabían que el truco de borrar las memorias y simular que Harry había derrotado a su enemigo debido a algún poder oculto no funcionaría de nuevo. El joven Potter se daría cuenta de que algo raro estaba sucediendo, y ese caso era peor que un escenario en el que Liam se revelaba.

Y Dumbledore no sabía esto, pero Doyle sabía que el veneno del basilisco había sido capaz de borrar el horrocrux, y eso significaba que era más poderoso que el fragmento de alma que residía en él.

Los horrocrux se formaban mediante la separación del espíritu del que lo creaba. Liam sabía lo que eso significaba, Voldemort había realizado la Separación del Espíritu, que era uno de los Grandes Reinos, y no solo eso, sino que además lo realizó siete veces cuando en teoría el máximo eran tres.

Seguramente había conllevado alguna desventaja, pero Voldemort probablemente había alcanzado gracias a eso un poder similar al de alguien en el Reino de la Corroboración del Camino, ¡ese era el Reino más elevado que existía!

Cada uno de los horrocrux que Tom formó, contenían el poder de una separación del espíritu y, por lo tanto, el veneno del basilisco era superior a eso. Tal pensamiento aterrador no pudo hacer otra cosa que asustar a Liam. Aunque la separación era forzada y, por lo tanto, era probable que no fuera tan poderosa como una verdadera, ¡aún era todo un Reino por encima suya!

En caso de tener que pelear algo de ese calibre, Liam no podía confiarse en absoluto y si tuviera que pelear, entonces lucharía con todo su poder, en tal escenario no sería capaz de cubrir el cuerpo de un Harry inconsciente.

-No te preocupes -Dumbledore lo tranquilizó, al ver que su estudiante había empezado a sentirse nervioso -. En caso de que tengas que luchas te doy permiso para revelarte a Harry, me encargaré yo de cubrir ciertas partes.

Liam asintió, un poco más tranquilo, se masajeó los hombros adoloridos.

-Bueno, hice eso simplemente para que Harry y sus amigos se interesaran en el caso sin necesidad de liberar al basilisco -informó, lanzando un profundo suspiro -. Es posible que necesite petrificar a algunos alumnos también...

Dumbledore parecía querer refutar, pero sorprendentemente Liam se adelantó.

-Esto es serio, profesor, si no se lo toman en serio no lograrán descubrir nada -dijo, negando con la cabeza.

Albus pareció derretirse, cansado y triste, en su sillón, pero asintió. Sin embargo, el joven Doyle también le mencionó que con la poción de Mandrágora la petrificación desaparecería, esto pareció relajar un poco más al viejo profesor.

Ambos suspirando cansados al mismo tiempo, se levantaron para despedirse, pero antes de eso Liam miró al profesor queriendo decir una última cosa.

-Por cierto, profesor Dumbledore, el profesor Lockhart probablemente vendrá de aquí a unos días queriendo formar un club de duelo -informó el Ravenclaw -. Sugiero que lo aceptes, podría suceder algo importante...

Con una última sonrisa misteriosa, Liam le deseó buenas noches y puso rumbo a la sala común.

-Este chico... A veces me pregunto si es capaz de ver el futuro -pensó Dumbledore sonriendo levemente.

Fin del capítulo


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