Era considerado un guardián devoto y serio, pero Norak nunca se vio como tal.
Él mismo se veía como alguien que defendía a su gente, arriesgándose para luchar contra los monstruos o criaturas que de vez en cuando aparecían.
Y a diferencia de sus compañeros, él no era devoto.
Tal vez fue esa la razón por la cual dudó de la entidad que Svenak adoraba y por tal razón encontró a sus verdaderos guardianes.
El poder pensar libremente sin estar atado a una creencia fuerte, le permitió ver lo que ocurría.
Aun así, ver, no significaba entender… Al menos no hasta ahora.
"Muévanse, ¡los enemigos se acercan!"
El grito de Svenak vino desde la muralla en la entrada del fuerte y la barrera que cubría todo el castillo, volvió a temblar.
Los exploradores y el puesto de avanzada se dieron cuenta de que cientos de criaturas se acercaban para atacar y Svenak había realizado un llamamiento a las armas.
El problema era que Svenak tenía dos tortugas a su lado y Norak lo había conocido.
Eran sus compañeros y eran devotos a la entidad que adoraba Svenak, pero ahora al verlos, se dio cuenta de que había subestimado a esa 'entidad'.
Dos Tartak con piel negra corrompida por el 'Caos', a diferencia de los soldados que mayormente eran ancianos, ellos se notaban muy musculosos y grandes.
Sus ojos estaban completamente negros y parecían estar a punto de desencadenar la locura, pero no abandonaron el lado de su líder.
¿Ellos eran las cartas ocultas de Svenak?
Norak había escuchado las categorías de la fuerza de esos humanos y ahora se dio cuenta de que Svenak, tenía dos rangos S.
A pesar de que antes eran más débiles al ser corrompido se volvieron fuertes y eso ante los ojos de los devotos creyentes que se estaban reuniendo, era un signo del poder de sus guardianes.
Al verlos mirar devotamente y reunirse atrás de la entrada del fuerte, Norak no pudo culparlos al ver su devoción.
Estaban desesperados.
Ellos podían ver esta gran isla como un paraíso, pero Norak que había salido y explorado la isla, había visto como el 'Caos' se filtraba a la isla y tal corrupción, la estaba haciendo caer.
¿Cuántos años quedaban hasta que esta gran isla voladora en donde habitaban cayera finalmente?
¿Meses? ¿Años?
Ellos estaban desesperados y rezaron a todo lo que pudieron ofrecerle un atisbo de esperanza.
Ahora fue lo mismo.
"Prepárense. ¡Nuestro señor dice que son esos terrícolas que vienen! ¡Fue por su culpa que escaparan y crearan un gran daño!" Gritó Svenak con ira y locura mirando a las personas comunes.
Su ojo negro palpitaba con fuerza y se movía por su cuenta, observando a todos los presentes.
¿Fue por culpa de esas personas comunes?
Norak observó a esa gente que solo eran devotos, que no tenían fuerza y que eran débiles.
Ellos podían utilizar un arte secreto, relacionado a lo espiritual y al unirse con otros miembros de su raza podía aumentar el efecto al crear diferentes ataques o defensas.
Poderosos enemigos cayeron cuando su raza estaba en el punto más esplendoroso y fue realizado por los Tartak más débiles.
La huida de esa maga terrícola no fue su culpa, sino que fue debido al poder de esa criatura que esa mujer invocó.
Esa criatura de fuego que fue derrotada finalmente por él, fue la razón por la cual Norak decidió cambiar de bando.
¿Qué pasaba si esa humana invocaba más de esas criaturas?
La situación podía pasar de desesperada a apocalíptica.
*BOOM*
"¡Entren en formación! ¡Ya vienen!" Gritó Svenak al ver la enorme barrera que cubría el fuerte temblaba.
La barrera no solo cubría el castillo, sino que se extendía desde la entrada al acantilado, cubriendo gran parte del lago y las montañas, para evitar que se atacara por multiplex áreas.
La mirada de locura de Svenak, le hizo darse cuenta a Norak, que su decisión fue la mejor.
La 'voz' que les susurraba a los oídos, avisó sobre los terrícolas cuando estos llegaron y ahora le avisaba que ese grupo de criaturas que atacaban, eran esos terrícolas.
Esa maga era fuerte, Norak lo sabía.
Incluso con toda su gente reunida aquí, era posible que no pudieran defenderse.
Juntos podían ser fuertes incluso si eran individuos débiles, pero su arte secreta necesitaba concentración y eso significaba que cualquier error, podría extender el pánico y llevar a que fueran derrotados.
Norak solo subió las escaleras para dirigirse a la muralla con una expresión solemne.
Su deber era evitar que su gente muriera en vano y su objetivo principal era protegerlos, incluso si ellos se dejaron guiar por una existencia diferente.
"Prepárate para la batalla. Esta vez no quiero errores." Gruñó Svenak cuando se acercó.
Su ojo negro lo miraba profundamente con locura y Norak sintió que su cuerpo temblaba de forma instintiva, pero su expresión no cambio.
"Lo haré." Respondió con el tono serio habitual.
Supuestamente había fallado en la exploración y solo él había regresado, tras perder a sus compañeros.
Esos compañeros eran leales a Svenak y por esa razón, era que ese individuo estaba enojado, pero Norak actuó como siempre.
Sin cambiar de expresión, sin temor y sin dudar.
Svenak solo se dirigió a otra parte de la muralla.
El lugar que se encontraba era ideal para defenderse.
La muralla tal vez no era alta, pero el camino para llegar era angosto y la parte externa de la entrada era de tamaño mediano, lo que no permitió que una gran cantidad de criaturas se agruparan.
Que a un lado estuviera el acantilado al lago, permitió que los atacantes estuvieran en desventaja debido a que los ataques de los defensores podían empujarlos al acantilado.
Sin embargo, Norak no sintió confianza para ganar y fue por eso que observó a los demás soldados.
Algunos de ellos eran exploradores o antiguos cazadores, pero ahora sus expresiones eran serias.
Había algunos devotos de esa voz que estaban eufóricos y luego estaban otros que eran más serios.
Norak hizo contacto con algunos de ellos y luego preparó su alabarda al ver que la barrera finalmente se rompía.
Esa maga humana llamada Cécile le había prometido que reduciría las bajas, pero nunca dijo que evitaría la batalla.
"…"
Tras que la barrera se rompiera, hubo silencio.
Era un silencio aterrador que hizo que todos los soldados preparan sus armas, pero en medio de ese silencio se pudo sentir un temblor en la tierra.
Y entonces a lo lejos en la oscuridad de la noche, en donde la luz de la luna iluminaba, se pudo ver varias criaturas.
Cuando estuvo con Cécile había escuchado como ella había llamado a esas criaturas.
Lagartos cornudos… Esas criaturas de cuatro patas, piel escamosa, largos y grandes tenían garras poderosas y esos cuernos eran armas mortales.
Norak lo había enfrentado y no importa que nombre les pusiera los terrícolas, eran enemigos poderosos.
"Levant…"
"¡Ataquen!"
Antes de que pudiera ordenar que levantaran su defensa, sabiendo el mayor peligro de ese enemigo, Svenak ordenó que atacaran.
*BOOM*
Le obedecieron a él y ondas se extendieron creando explosiones, elevando nubes de humo y polvo, pero Norak preparó su alabarda.
Cuando sintió un movimiento, agitó su alabarda cortando la pared.
"¡GAAA!"
Para sorpresa de todos, varias de esas criaturas fueron derribadas y todos pudieron ver, la sangre tiñendo la pared.
Esas criaturas tenían la capacidad de acelerar con gran fuerza, aumentando su velocidad e incluso tenían la capacidad de camuflarse.
Ahora se demostró cuando algunas saltaron de las paredes para atacar al grupo y otras llegaron a la entrada golpeándola.
"¡Defiendan!" Gritó Svenak y todos empezaron a atacar y defenderse.
Norak utilizó su fuerza para proteger a su gente en la muralla y evitar que los enemigos asesinaran a los suyos, pero la situación no cambiaba demasiado.
Tras los lagartos, vinieron otros enemigos y luego otro, en una oleada poderosa.
Había demasiadas criaturas y si bien eran ligeramente débiles comparados a sí mismo, no había tantos individuos fuertes de su lado y el número agotaba a cualquiera.
Lo peor era que esas criaturas que normalmente no eran inteligentes estaban usando tácticas.
Los felinos se subían en la espalda de otras criaturas para saltar a la muralla, un lagarto saltaba de la pared, luego otro tiraba ácido desde lejos.
Los múltiples ataques derribaban a sus compañeros y la expresión de Norak cada vez se hizo más seria.
A mitad de batalla volvió a mirar a la muralla para ver cómo se llevaban los heridos y le hizo una señal a un grupo del equipo de defensa.
Ese equipo también adoraba a los guardianes y eran leales, era por eso que obedecieron de inmediato y se retiraron en secreto.
Ellos iban a salvar a los rehenes humanos que estaban vivos y encerrados.
Norak no se había movido de inmediato para traicionar a Svenak, no solo porque ahora estaba rodeado de esos dos nuevos guardias corruptos, sino que también, porque no tenía los rehenes que sea maga deseaba.
Recién cuando estuvieran en su poder, le permitiría moverse sin restricciones.
*BOOM*
Una explosión resonó cuando enormes criaturas de cuatro patas con dos cuernos corrieron hacia la muralla.
El temblor que generaba dejaba ver que eran pesados y tales criaturas era lo que la maga llamó rinocerontes.
"¡Vayan!" Ordenó Svenak a sus dos guardias y esas tortugas corruptas se dejaron llevar y saltaron de la muralla.
Masacrando a su paso con sus armas, cuando estuvieron por llegar a los rinocerontes, un espadachín terrícola apareció para retener a uno y luego al otro, fue atacado por un arquero a lo lejos.
La expresión de Svenak se retorció, pero Norak se movió a alta velocidad.
Balanceando su alabarda llameante y atacando a Svenak por su costado, Norak pudo ver como el ojo negro literalmente se movió de su cabeza y lo miró deformando el rostro de esa tortuga.
Fue desagradable, pero Norak encendió con fuego su alabarda y cortó con gran fuerza y velocidad.
"¡HAAAA!"
Svenak retrocedió, pero el fuego se extendió de su alabarda y quemó el rostro de ese individuo, haciéndolo gritar.
Antes de que pudiera seguir moviendo su alabarda, para eliminarlo, una espada de otra tortuga se interpuso en su camino.
"¡Nos llevara a la destrucción!" Gritó Norak antes de que Svenak pudiera moverse y observando que la batalla se detenía en ambos bandos, declaró. "¡Svenak no adora a nuestros guardianes! ¡Él ha traicionado a nuestra gente!"
"¡Svenak nos ha abandonado!"
"¡Se ha vuelto loco y se ha perdido!"
"¡Ya no puede guiarnos!"
Los gritos de otros grupos que estaban a su lado se levantaron y si bien eran muy pocos en número comparados con aquellos que estaban del lado de Svenak, en este momento fue un movimiento vital.
Sus palabras no estaban dirigidas a las fuerzas militares que estaban presente, sino que a la gente que estaba aturdida en formación para iniciar su ataque.
"¡Él ha sacrificado cientos de nosotros y nos sacrificará a todos si es necesario!" Gritó Norak con seriedad mirando a la gente.
Tales palabras tocaron la fibra más tensa y el punto más crucial.
Svenak había sacrificado a los que no creía en su dios y si bien dijo que era por el bien de los Tartak, la verdad era otra.
Sacrificar a su propia gente, fue un acto cruel, pero debido a las mentiras de falsa esperanza, los Tartak no tuvieron otra opción que creer.
"¡Se han olvidado que juntos somos fuertes! No importa nuestros pensamientos, solo juntos, ¡prevaleceremos!" Gritó Norak con fuerza.
El arte secreto que usaban, era realizado por las personas comunes, permitiendo que ellos pudieran realizar ataques poderosos.
Para mantener tal arte, siempre se priorizó una unidad y si bien, hubo conflictos entre individuos, la 'unidad' era entre la raza, independiente de actitudes o pensamientos.
Sacrificar a los no creyentes, fue el empujón que hizo que Norak por primera vez, dudara de todo y ahora, sucedió lo mismo.
"Retírense y resguárdense en sus hogares, esta inútil lucha terminará pronto." Dijo Norak y sintiendo la luz de la luna, anunció. "Los verdaderos guardianes están con nosotros."
La luz se filtró de la luna dejando en evidencia que esas existencias, aunque debilitadas en gran margen, todavía actuaban a favor de su propia gente.
"¡HAAAA!"
Svenak volvió a gritar de repente y lo atacó con su magia de tierra, pero Norak con su alabarda desvió esas lanzas de tierra sin cambiar de expresión.
El ojo negro de esa tortuga estaba palpitando y la corrupción se estaba extendiendo por todo su cuerpo, volviéndolo loco.
"¡Verán lo que les espera por traicionarme! ¡La pagarán!" Gritó Svenak con ira, rencor y odio.
Nadie había aceptado nada, pero él se había vuelto loco y la expresión de todos temblaron, cuando Svenak se elevó en el cielo.
La razón era que del lago algo se había levantado.
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