Chapitre 134: CAPÍTULO 134- Odio ser así.
Humanos contra demonios.
CAPÍTULO 134
"Cuando salía con Sonia, ella intentó convencerme de hacerlo, pero yo siempre fui firme de que solo lo iba a hacer cuando nos casemos... No quería tener sexo con ella antes del matrimonio".
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(Tiempo atrás.)
Sonia y yo nos estábamos besando en su habitación.
No era un simple beso... Era un beso adulto, con lengua y muy apasionado.
Dejé de besarla, estaba un poco agitado y nervioso.
—¿N-no haremos la tarea?
—Después la hacemos.
Me siguió besando y me acarició la entrepierna.
Me puse completamente rojo y me alejé de ella... No estaba preparado para tener sexo... Tenía 16 años, sabía que a esa edad es común tener relaciones sexuales, pero no me sentía preparado para hacerlo.
—S-Sonia, yo te amo, pero creo que debemos esperar... ¿Y si quedas embarazada?
—Compré condones, no te preocupes.
Comenzó a quitarse la ropa y me tapé los ojos.
—L-lo siento, sé que me veo patético, pero no quiero hacerlo... Aún somos jóvenes... Quiero esperar un poco más... Parezco el protagonista cobarde de un anime, pero me da igual... Lo siento, Sonia.
Salí de su habitación y bajé la mirada.
—Si queda embarazada, no podré darle una vida digna a mi hijo... Debo terminar de estudiar primero.
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(Presente.)
"Y supongo que mi lado bueno y puro quedó en el pasado".
Estoy besándome con Desmolfer, en la habitación de Maisha.
Maisha me está lamiendo el pecho mientras que Desmolfer me está besando.
"¡Definitivamente cambiaste, Daniel!"
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(5 horas después.)
Aparezco al lado del carruaje, vestido de nuevo.
—Maldita sea... ¿Por qué acepté?
¿Por qué acepté tener un trío?
"Eres un maldito pervertido, intenta controlarte".
—Eso intento, voz en mi cabeza.
"¡Pues sigue intentando, porque no está funcionando!"
—Sí... Lo intentaré.
Entro al carruaje y veo que Nirfa está partiendo verduras en una mesa con un cuchillo.
—¡Buenos días, Daniel!- Dijo Nirfa con una gran sonrisa.
... Ah... Justo cuando comencé a ver a Nirfa con otros ojos, tuve sexo con Maisha y Desmolfer.
... Ah... Soy un idiota.
—Buenos días, Nirfa.
Me siento en el sillón y cierro los ojos.
—Estoy cansado.
"Le quitaste la virginidad a Maisha... Lo hiciste primero con Maisha, y después lo hiciste con Desmolfer y Maisha juntas... ¡Lo hiciste por horas!"
Sí, soy todo un campeón.
"¡Eres un maldito idiota! ¡No puedes ilusionar a dos Diosas! ¡No las amas, no debes tener sexo con personas que no ames!"
—Espera... ¿Soy un campeón?- Digo en voz baja.
Me levanto del sillón y comienzo a respirar rápidamente... ¡¿Yo pensé eso?!
—¿R-realmente pensé eso?
Nirfa se acerca a mí, está preocupada, se nota por su rostro.
—¿Pasa algo, Daniel?
Volteo a verla y me acerco a ella.
—N-Nirfa...
Me paro frente a ella y la observo de cerca.
—¿C-crees que estoy cambiando?
—¿Cambiando?
—¿Sigo siendo el mismo chico que conociste en aquella tienda? ¿Sigo siendo bueno?
Nirfa me acaricia las mejillas con sus manos.
—¡Claro que eres bueno, Daniel! Sigues siendo aquel chico lindo y bueno que me salvó.
—¿S-segura?- Digo un poco sonrojado.
—Sí... Completamente segura.
Sonrío y cierro los ojos.
—Es lo que necesitaba escuchar... En unos minutos regreso.
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Después de salir del carruaje, y de alejarme un poco de ahí, comienzo a golpearme la cabeza contra un árbol.
—¡No seas un pervertido, no lo seas, no lo seas!
Dejo de golpearme... Sangre salpica el suelo... Mi rostro está cubierto de sangre.
—Contrólate... Puedes controlar tu depresión, así que controlar tu lado pervertido puede ser más fácil... Vamos, Daniel... Confía en ti... Los demás te ven como alguien puro y bueno... Eres bueno... Bueno...
Me alejo del árbol... Alguien me está observando.
—Este poder mágico es de...
—¿Dani?- Dijo mi abuela.
Tomo aire y volteo a ver a mi abuela sonriendo... Estoy sonriendo para que no se preocupe por mí.
Ella me está observando asustada.
—Estaba entrenando, abuela. ¿Pasa algo?
—N-no... No estabas entrenando... ¿Qué te pasa realmente, Dani?
"Lo siento, abuela".
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