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83.33% Frente a la obscuridad / Chapter 14: Capitulo 13

Chapitre 14: Capitulo 13

En el palco Simone traba de seducir a Heinrich, y lo había logrado, no era por los afrodisiacos o la bebida, fue tan fácil simplemente por su belleza, a pesar de ser muy maduro para su edad no dejaba de ser admirador de las mujeres hermosas y su extremo comportamiento irracional, su forma tan despreocupada, tan audaz lo había convencido.

Pero a diferencia de alguien que cae en las redes de otra persona Heinrich siempre tenía el mismo método… hacer que las mujeres creyeran que lo tienen en sus palmas para sentirse confiadas y disfrutar, en el momento que se volvía soso o problemático las dejaría.

Los besos y carisias estaban bien hasta que el olor de su pelo de Simone lo inundo, era algo parecido a cera y lavanda, ese no era el olor de Leila y a todo esto ¿Dónde estaba Leila y Aren?, inmediatamente se levantó, de un golpe seco callo Simone al suelo, sin importarle el ruido o el grito de dolor, camino hasta la puerta, algunos guardias trataron de detenerlo per la mirada feroz de este chico en verdad no era de juego, al acercarse más a la pista comenzó a sentirse mareado era debido al calor sofocante y el ejercicio que había hecho.

El afrodisiaco así funcionaba era esparcido en la gente que estaba en la pista cuando estaban eufóricos y su cuerpo estaba en movimiento, el toxico era bueno, con mucho esfuerzo camino adormecido su cuerpo no pudo resistir más y se desplomo en una silla que estaba en una esquina de la pista el calor era sofocante tal vez había activado más el afrodisiaco, la sensación en su cuerpo era de calor necesitaba sacar el ardor de su garganta y exhalo un grito gutural de dolor y ante sus ojos era Leila la que lo llamaba y lo abrazaba diciendo que lo besara, no se pudo resistir a esa petición y quedo rendido a los deseos de ella.

Mientras tanto en la sala privada Leila regresaba a sus sentidos después de que se disolviera el medicamento en su organismo, cuando la vista regreso lo primero que vio fue la imagen que reflejaba el espejo enfrente la cual era aterradora ella arriba del príncipe con las manos en su pecho y separando sus labios, él chico con los ojos cerrados dejaba salir unos jadeos su pantalón estaba desabotonado y sus manos la abrazaban por las caderas al sentir el rose de su cuerpo, se levanto violentamente y trato de salir de la habitación pero no habría al parecer estaba cerrada por un código, Leila después de intentarlo varias veces volteo para ver al príncipe, pero este ya estaba sentado abotonando su camisa, con su forma de ser habitual, tranquilamente se acercó fajándose la camisa.

- Ahora entiendo porque Heinrich no quería que tomaras, eres muy insistente cuando tienes unas copas de más –

- Yo, no sé lo que me paso –

- Después de mancillar el cuerpo del príncipe heredero creo que eso no es una buena respuesta –

- Príncipe yo me disculpo, no se que decir, yo no bebo y, además –

Camina y le toma las manos estas están temblando del miedo.

- Tranquila no debes de preocuparte soy un caballero jamás haría algo por deshonrar a una dama –

- Donde esta Heinrich –

- No lo sé, después de unos tragos vinimos aquí y nos quedamos dormidos –

- Tengo que encontrarlo –

- Vamos acomódate la ropa y salgamos –

- Si, está bien –

El príncipe acomodo su antifaz y el de Leila, salieron de la habitación y caminaron a la pista, ahí estaba Heinrich con Simone en los brazos besándola y acariciándola muy apasionadamente.

- Eso es raro en Simone, jamás la había visto de esa forma, será que fue un flechazo –

- Heinrich no se comporta de esa forma –

Sin decir nada mas Leila camino asta donde se encontraban y tomo la cara de Heinrich

- Hermano que sucede te estas comportando de una manera extraña –

Heinrich abrió los ojos y vio a Leila, soltó a Simone tan rápido que casi cae la chica a no ser porque tenía un equilibrio excelente

- ¿Leila que pasa?, mi cabeza –

- Lo mismo te estoy preguntando hermano ¿qué te pasa? –

- Creo que no es buen lugar para hablar de esto deberías irnos ya casi es hora de que el velero regrese –

- vámonos Aren –

Después de eso Leila ayudo a caminar a Heinrich este estaba muy apenado y demasiado mareado sentía su cuerpo pesado Aren por su parte miraba a Leila de vez en cuando y al toparse sus miradas esta se sonrojaba, después de varia veces una risa se escapo de Aren y esto hizo saltar a Leila.

- Aren ¿qué pasa? –

- Lo siento llego a mí un recuerdo una chica salvaje –

El cuerpo de Leila se estremeció sabía que hablaba de ella, pero solo agacho su cabeza para ocultar su vergüenza

- ¿Qué dices Aren?

- Olvídalo no le tomes mucha importancia a lo que digo –

Salieron del antro y caminaron a la camioneta que ahora los esperaba en la parte de atrás la gente aún no se iba y los fotógrafos buscando exclusivas tomaron fotos de su salida, pero al tener las mascaras estaban fuera de peligro.

Dentro de la camioneta la tensión estaba al borde

- Leila discúlpame yo de verdad no sé qué paso conmigo, estaba fuera de mis cinco sentidos no quisiera que te llevaras una impresión mal de mi –

- No te preocupes solo dejemos el paso a tras no le diré nada a mi hermano solo dejemos de hablar de esto es demasiado incomodo de recordar –

- Espero que no quieras alejar tu amistad de mi –

- No, te preocupes eso no ocurrirá, también espero que el Príncipe pueda disculpar mi comportamiento pueda perdonarlo no sé lo que paso y la verdad estoy muy avergonzada –

- Prima deja de pedir disculpas aquí el que debe de disculpase soy yo al traerlos a este lugar no creí que las bebidas fueran a si de fuertes o que causaran esa influencia en ustedes, la verdad me siento avergonzado espero que no me odies prima –

- No príncipe eso no pasara agradezco que sea un caballero y que haya cuidado de mi –

- Prima eres de mi familia como podría no cuidarte, pero Heinrich fue el que saco la peor parte –

- Él está dormido, espero que pueda disculparlo por su comportamiento, este no es su comportamiento, aunque casi no bebemos –

- Creo que no hay nada que disculpar, yo me siento, muy avergonzada por mi comportamiento –

- Olvidemos todo y hablemos de otra cosa –

Al llegar al puerto no muy lejos del antro se encontraba una pequeña lancha de motor muy austera bajaron de la camioneta y subieron.

- Meda miedo viajar al mar en esa lancha es muy pequeña –

- Prima este se ocupa para llevar gasolina –

- Entiendo de esta forma podremos justificar nuestra llegada –

- Correcto –

La lancha corrió rápidamente y llegaron unos minutos después, la embarcación se llamaba SANTA MARIA, un velero de color azul y beige con velas color blanco para seis personas sin contar la tripulación después de acomodar a Heinrich en una habitación salieron a tomar una copa a la luz de las estrellas, el aire fresco comenzó a despejar los pensamientos de Leila.

- Creo que me hubiera gustaba mejor venir directamente aquí, el ambiente es estupendo y la vista es muy hermosa –

- A mí también me gusta después de el estruendo sonido venir aquí me relaja –

- Me siento mareada creo que regresare a mi habitación –

- Está bien Simone –

- Ustedes disfruten yo iré a costarme –

Dio media vuelta y se fue directamente a los brazos de Heinrich sin hacer algún reproche este la abrazo y los dos se quedaron dormidos.

Aren sabia que este era momento preciso para encajar las garras

- ¿Como te sientes? ¿quieres dormir? –

- Estoy bien, necesito mas el aire fresco –

- Vallamos a la parte de atrás siempre es mejor el viento –

Se levantaron y las olas jugaron a su favor el bote se movió un poco dejándola perder el equilibrio Aren no perdió la oportunidad y la abrazo

- Creo que será mejor que te ayude prima –

- Gracias sentí que el piso se movió –

- Ven te ayudare –

Los dos se sentaron en un sillón, después de cerrar los ojos un momento debido al cansancio se quedo dormida

- Aren, pequeño jilguero nunca de vez quedarte dormida en las garras del gato –

Levanto la mano y dos sirvientes llegaron

- Ayúdenme a desmontar el sillón dormiremos aquí –

- Si Príncipe –

- No quiero que el sol me moleste –

- Claro príncipe –

Acomodaron el sofá como cama y los dos se acostaron, como gatito con frio Leila se acurruco en su pecho y la abrazo y le dio un beso en sus labios y esta se estremeció

- Ahora entiendo por que mi primo ama dormir contigo, esta sensación no se compara a la de las otras mujeres es como alcanzar la paz y la tranquilidad, tu mi pequeño jilguero podrías convertirte en algo que no quiero dejar ir –

Una risilla salió de sus labios beso de nuevo sus labios ahora con más intensidad, Leila dejo salir un leve gemido

- ¿Acaso tu cuerpo quiere seducirme? –

El cuerpo de Leila se puso inquieto, Aren la atrajo hacia el y cerro los ojos y se quedó dormido.

El vaivén del barco los arrullo, al mismo compas que una madre da golpecitos en la espalda de un bebé, reconfortante era tener en los brazos a alguien, los cuatros durmieron plácidamente.

Después de la hora del desayuno inusual Heinrich comienza a recobrar el conocimiento poco a poco, siente el calor de un cuerpo entre las sabanas lo aprieta mas hacia él, lo que había pasado era una pesadilla acaso un sueño raro de su inconsciente, el cuerpo se siente raro, se mueve diferente como si tratara de seducirlo, se mueve buscando el rose con el y se siente incómodo, algo pasa con Leila su comportamiento no es así, decide abrir los ojos y antes de que lo logre unos labios lo besan tan salvajemente que fuerzan su boca abrirse sin darse cuenta otra lengua esta dentro de su boca.

De la impresión abre los ojos y mira una cabellera rubia trata de alejarse para enforcar mas y ene se instante un ojo azul lo mira intensamente, la impresión es tal que la aparta de en un instante, tan violentamente que un gemido de dolor se escapa de los dos.

- ¿Qué demonios está pasando? –

- Heinrich, yo no sé, que hago aquí –

Él se voltea mirando al techo y coloca su brazo en su cara buscando concentrarse y recordar lo que había pasado la noche anterior

- ¿Te encuentras bien? –

- ¿Dónde estamos? –

- En el velero, llegamos anoche aquí –

- ¿Qué haces en mi cama? –

- Yo no lo se iba caminando y me tope contigo en el camino y me arrastraste aquí –

- No recuerdo nada desde anoche –

- Esta bien no frases tus pensamientos irán llegando poco a poco –

Baja poco a poco su mano y abre los ojos la luz en verdad es muy segadora su cabeza aun daba vueltas por el mareo.

- Necesitas tranquilizarte, pediré que traigan algo, de verdad bebiste mucho anoche –

- Nunca he sentido algo como esto –

- Me imagino aquí el licor es muy fuerte –

- Demonios no puedo enfocarme siento que todo está girando –

- Deja de presionarte iré a ver que preparen algo –

- ¿Dónde está Leila? –

- Ella debe de estar aun durmiendo estaba muy cansada anoche –

- Bien –

- ¿Quieres que la traiga aquí? –

- No es necesario me tranquiliza que este bien –

- Iré a buscarte algo –

Salió de la habitación, afuera están dos marineros esperando las ordenes sentados en una mesa tomando su desayuno

- Necesitamos unas bebidas para los mareos y algo de comer para la resaca –

- En un momento lo llevaremos a su habitación –

- ¿Dónde está el príncipe? –

- En la parte de atrás con la señorita –

- Lleven las cosas adentro iré a ver a Aren –

Simone no podía creer lo que veía era una imagen tan romántica que en verdad sintió celos, jamás Aren había estado con ella de esa forma, su rutina desde el primer día había sido salvaje, debido a sus agendas no podía darse el lujo de cosas cariñosas, visitas en las noches y citas clandestinas esa su relación.

Su tomo el teléfono que tenia en la bolsa del pantalón y les tomo una foto, aun a pesar de sus sentimientos la necesidad de no salir de la gracias de ese príncipe caprichoso era su prioridad

Admiro la escena una vez más, Leila acurrucada en su pecho dormía tan plácidamente, Aren abrazaba a la chica y la aprisionaba hacia él, parecía que estaban enamorados, su hígado no pudo más y se dirigió a la parte de enfrente

- Avíseme cuando despierten –

- Si My Lady –

Regreso a la habitación Heinrich se encontraba aun tumbado con los ojos cerrados, ya era tarde y debían regresar no podía presentarse en ese estado de seguro estarían buscando los a esta hora.

Un marinero toco la puerta

- Señorita la guardia viene para acá trataran de abordarnos –

- Saldré en un instante –

Camino a la cama

- Heinrich es la guardia vienen a buscarnos diremos que estas enfermo por el mareo y si se dan cuenta estamos perdidos –

- Me siento un poco mejor saldré –

- Déjame arreglar todo para que salgas y regreso –

Antes de que saliera debía ver a esos dos tortolos si alguna prense veía eso o eran fotografiados todo se vendría abajo, camino tan rápido como sus piernas le dieron y llegó al sofá el cual los dos ajenos a cualquier problema dormían plácidamente Simone toco el hombro del Aren

- Aren despierta, la guardia viene para acá –

- Maldita sea, esta bien como esta Heinrich –

- Mal, no respondió bien a la dosis desde anoche –

- Demonios Simone te dije que era demasiado –

- Basta levanta la tenemos no más de quince minutos y si viene prensa –

- Bien arregla a Heinrich yo me hare cargo de ella –

Se giro y fue a buscar a Heinrich, Aren se giro y la vio muy placida durmiendo sus manos cubrían sus labios era como una bebé, tan tierna y sensual

- Demonios yo no quería que esto acabara tan pronto –

Se giro y beso los labios, pero eso no fue suficiente, con una risilla beso con más intensidad abriendo su boca para poder poseerla más, Leila se quejó a lo bajo, la incomodidad de despertar aun no se percataba de lo que pasaba, al ver que no era suficiente la jalo a su pecho y empezó a recorrer con sus manos su espalda sin dejar de besarla, esto si provocó una reacción en su cuerpo y comenzó a despertar al abrir los ojos, un grito salió de sus labios

- Hermano que pasa –

- No soy tu hermano soy tu primo Aren –

Al escuchar esa voz y ese nombre se aparto de él y comenzó a hiperventilar

- ¿Qué pasa a qui? yo ¿qué fue lo que paso? –

- Lo mismo tengo que preguntar te abalanzaste y me besaste –

- Yo, o dios discúlpeme príncipe es mi error jamás yo –

Se levanto y puso sus manos en sus mejillas giraba de un lado a otro al no reconocer donde estaba buscaba una salida para salir corriendo, Aren camino y le tomo las manos

- Tranquilizante prima me pones nervioso, pienso que si hubiera una ventana te lanzarías por ella –

- Estoy muy avergonzada donde estamos –

- En el yate mi primo no se siente bien la bebida deberíamos de ir a verlo –

- Donde esta –

- Deja te acompaño –

Señalando el camino le tomo la mano y caminaron a dentro hasta llegar al camarote donde Heinrich se encontraba aun tumbado en la cama

- Hermano que te paso –

- Estoy bien creo que me excedí en la bebida –

- Hermano –

Lagrimas de su rostro salieron como si fuera una fuente

- Quiero irme –

El llanto de ella provoco algo en el y se levantó, aunque un poco mareado abrió los ojos ahí estaba ella despeinada con la ropa desarreglada con las manos en su pecho llorando, extendió sus brazos y esta corrió para caer en su pecho

- Tranquila, estas bien –

- Quiero irme, no quiero estar aquí, quiero irme a casa, yo –

Y comenzó a sollozar perdiéndose entre las lágrimas, Heinrich la cargo como un padre a su hija y masajeo su espalda para confortarla

- Discúlpenla ella, no es así siempre, pero tardara en calmarse –

Aren asombrado por la reacción de Leila perdió la cordura acaso ya sentía celos de ese comportamiento, si tal vez eran celos, iguales a los de un niño caprichoso ve que alguien tiene algo que el quiere y no se lo puede arrebatar, Simone lo conocía muy bien y miro las manos de Aren estaban cerradas a punto de explotar en un berrinche así que tuvo que actuar rápidamente

- Aren vallamos a ver al capitán donde está la guardia y si los siguen reporteros –

- Si, salgamos, primo trata de controlarla o esta imagen saldrá en primera plana –

- Si esta bien dame un minuto –

- Como sea –

Aren se giro y fue directo a ver al capitán,

- Príncipe viene prensa con ellos –

- Cuanta falta –

- Alrededor de cinco minutos –

- Arreglen todo y sirvan el desayuno, rápido –

Cuando llegaron en la parte de atrás ya no había indicios de la cama los marineros ya estaban preparado todo, Simone regreso al camarote para dejar la muda de ropa y salieran a tomar el sol.

- La prensa viene es mejor que se controlen, esta es ropa para los dos Aren los espera afuera –

- Si está bien –

- Leila contrólate te necesito ahora –

Abrió los ojos al escuchar las palabras de ruego asintió con la cabeza

- Cámbiate rápido tenemos que ayudar al príncipe –

- Si hermano –

Sin pudor alguno los dos se desvistieron tenia mucho tiempo que los dos no miraban sus cuerpos desnudos en la espalda de Heinrich tenia algunos rasguños, pero por la prisa Leila no dijo nada, su vestimenta era casual un vestido de lino azul con blanco de falda de tablones unas sandalias playeras de cuero blanco, Heinrich tenía un pantalón azul marino y una camisa de manta blanca, después de cambiarse salieron Heinrich aún se sentía mareado.

Cuando llegaron a la parte de atrás Simone los esperaba con lentes en las manos

- Sus caras se ven terribles por favor no se quiten los lentes, toma Leila este sombrero ayudara a tu pelo –

- Es demasiado planeado esto Simone –

- Vamos la prensa esta entrando, tomen son cañas de pescar dirán que estaban pescando en la parte de enfrente, no queremos rumores –

Caminaron y Aren estaba saludando ya a la prensa

- Primo disculpa que los interrumpa de su pesca, pero tenemos invitados –

- No hay problema –

Un chico muy intuitivo de la prensa pregunto

- Que tal su suerte Duque –

- Pues –

Un chico en la parte de atrás sale con un cubo para mostrar la caza

- Primo eso me pone envidioso tienes una suerte muy temible –

- Diré al cocinero que los preparare tenemos visita después de todo –

- Le alaga a pesar de la descortesía de invadir su privacidad es tan bueno con nosotros –

- Porque no debería de serlo si estamos de fiesta no lo creen –

Todos rieron menos Heinrich y Leila los cuales lentamente caminaron y buscaron lugar, Heinrich no se sentía tan bien así que los lentes ayudaban a mitigar con el dolor de cabeza, Aren estaba consciente de eso

- Chico, puedes poner unas sombrillas para mi primo, se que de donde vienen el sol no están fuerte, no me gustaría causar algún malestar en el cuerpo del Duque –

- Agradezco su consideración Príncipe –

- Este muchacho tan bien educado no lo creen –

- Nos dimos cuenta desde anterior vez que tiene unos modales tan pulcros –

- Es mi tía la que se encarga directamente de su educación es lógico –

La platica siguió tan banal por un tiempo largo, sirvieron el desayuno y medicamento para Heinrich, poco a poco comenzó a sentirse mejor y después de un rato se unió a la plática, Leila podía por fin descansar al ver que se encontraba mejor.

Unas horas después el yate dio media vuelta y comenzó a dirigirse al puerto algunas fotos fueron tomadas y una entrevista exclusiva al Duque fue necesario como pago para calmar todo el alboroto, al llegar al puerto se encontraron con la guardia del príncipe, la camioneta nos e veía por ningún lado subieron a una limosina directamente a la casa de Simone donde se hospedaba la familia.

- Espero repetir esta velada me agrado mucho su compañía –

- Quedemos de vernos en otro momento si las circunstancias lo permiten –

Los tres bajaron del auto y en la entrada el padre de Heinrich lo recibió con un abrazo estaba muy feliz de saber que su hijo había salido con Simone que no le importaba nada, la que estaba preocupada era Estefanía la cual corrió a buscar a Leila.

- Cariño me preocupe mucho –

- Tía disculpé de verdad no quise ser molestia –

- Cual molestia cariño solo que no estoy acostumbrada que salgan con esta gente, suele ser muy agresiva, dime te trataron mal o te hicieron sentir incomoda –

- No tía, fueron muy amables –

- Estas seguro, yo no quisiera que pasaras por lo que yo pase –

- No se de que habla tía la verdad son unos chicos muy amables la verdad me gustaría salir con ellos una vez más –

- No sabes la tranquilidad que me dan tus palabras –

- No se preocupe tía todo está bien –

El Duque Felipe tomo de la mano a Simone y entraron platicando

- Que tanto dicen ustedes dos –

- Hijo me sorprendiste –

- Mi tía tenía miedo de que me intimidaran –

- Madre son otros tiempos se que viviste eso, pero estos chicos no son así –

- Me tranquiliza de verdad, quieren tomar un baño y dormir –

- Si eso estará bien para mí fue un día terrible hubo prensa –

- Es verdad Leila deberías marcar a Gerald escucho de su desaparición y fue a la casa para ver a los sirvientes estaba preocupado –

- Si lo hare tía –

Subieron la habitación que les habían asignado y busco directamente un teléfono

- Señor Tomas soy Leila estoy buscando a Gerald puede ir a buscarlo –

- Señorita Leila el está aquí deje se lo paso –

- Leila estas bien dónde estabas las noticias decían –

- Clama Gerald estamos bien es solo una falsa noticia salimos de viaje, pero estamos bien –

- Tu tía dijo que estaban fuera pero no le creí –

- No te preocupes acabamos de llegar y corrí a llamarte como estas por que saliste si aun no puedes caminar –

- Estoy bien, pero estaba muy preocupado por ti, creí que –

- Tranquilo no te preocupes que te parece si te llamo todos los días está bien –

- Es demasiado exagerado pedirte eso –

- No, no lo es, puedes tranquilizarte discúlpame, me imagino sufriste mucho, no deberías escuchar las noticias son muy escandalosos –

- Bien, bien, regresare a casa –

- Si está bien tomare un descanso –

- No te quito tu tiempo más –

Los dos colgaron, Linda se acercó para confortarlo Gerald la abrazo y sentía su angustia

- Tranquilo te dije que la prensa es demasiado exagerada –

- Discúlpame por hacerte pasar por esto te as de sentir fatal –

- No digas eso yo se que ella es como tu hermana menor, también me preocupo –

- Te amo tanto, doy gracias por haberte encontrado –

- Calma, calma vamos a dormir está mal que fuerces tu cuerpo –

- Si claro –

Heinrich entro a su cuarto

- Llamabas a alguien –

- Si a Gerald –

- ¿A Gerald? –

- Si escucho en las noticias que estábamos desaparecidos y estaba histérico –

- En serio, eso debió de ser muy estresante para el –

- No había dormido el pobre –

Camino asta ella y la abrazo

- Me preocupé cuando desperté donde estabas –

- Ah, me quede dormida viendo las estrellas –

- Entiendo no me dejes solo quieres me preocupe –

- No recuerdas que paso anoche –

- No recuerdo nada, no sé qué paso conmigo –

- No te preocupes, solo no lo vamos a hacer –

- Si estoy de acuerdo contigo –

- Debemos de asearnos para tomar la cena –

- Odio estar aquí quiero mi casa –

- Yo también esto no es tan divertido como creí –

- Y apenas comienza debemos ir a otro evento hoy será una cena, pero habrá prensa nos reuniremos con el gobernador –

- Claro –

- Descansa un rato las mucamas vendrán a verte –

- Estoy cansada –

- Odio dormir sin ti es tan triste –

- Hermano yo también lo extraño –

El llamado de la puerta los hizo brincar

- Pase –

- ¡Oh!, están aquí los dos, tienen dos horas para dormir, tu padre y yo saldremos traten de estar con el gobernador temprano nosotros llegaremos ahí, no se excedan necesitan descansar será una agenda apretada estos diez días –

- Si madre –

Heinrich salió de la recamara y se fue directamente a ala suya

- Trata de descansar y cuida a Heinrich es muy atrabancado –

- No se preocupe tía lo hare –

- Bien me despido nos veremos en la cena –

Después de despedirse Leila entro en la bañera, se relajó un rato y en bata se acostó en la cama se quedo dormida casi al instante, después de un rato las mucamas llegaban con cajas a su recamara, una de ellas le toco el hombro Leila dio un brinco de susto

- Disculpe My Lady estamos aquí para ayudarla a vestir –

- Claro disculpen mis modales –

- La Duquesa le da a elegir entre estos tres tipos de atuendo –

Era un vestido azul de gasa con encaje fuera del hombro pegado a la cintura con un escote en la pierna, el otro un vestido rojo de brillo con cuello circular con transparencia y un escote corazón muy prolongado. El tercero era un sencillo vestido color rosa palo con descubierto de los hombros y manga larga de gasa muy suave con algunos bordados un forro del mismo color tan vaporoso y suave era ideal para ella ese había escogido para la cena era perfecto

- Me gusta el rosa –

- Bien ayudaremos a My Lady –

Para verse muy casual le levantaron todo el pelo y le dejaron algunos como flequillo un maquillaje muy natural y fresco acorde con su edad, Heinrich salió con un traje tipo sastre azul muy marino con su bastón emblema de la casa el toque de sofisticación era una corbata rosa muy clara qu7e discretamente hacia juego con el vestido de Leila, acaso sabía que ese vestido escogería Leila, esa una mujer muy inteligente.

En la sala Simone estaba lista con un vestido negro con escote corazón corte sirena sin cola y muy ceñido al cuerpo la espalda estaba descubierta y llevaba el pelo en con peinado recogido en un solo lugar con algunos cabellos sueltos su figura era de hermosa tan curvilínea y bien trabajada cuando entro Heinrich su memoria estuvo inundada con los recuerdos de la noche anterior podía recordar la forma de sus piernas y de su espalda el volumen de su senos y sus glúteos, sus manos se tensaron y no pudo decir palabra alguna

- Que elegante es el Duque, me hace sonrojar a ver su gallarda figura –

- No creo que mi belleza se compare ala suya Lady Simone –

- Sus halagos me hacen sonrojar Duque, si sigue viéndome de esa mañanera tal vez me sienta ruborizada –

- La belleza es como las rosas deben de admirarse –

- Los halagos del Duque son muy traicioneros –

Rieron y las demás personas solo los observaban tomaron algunas fotos después llego Leila en su vestido de coctel muy hermoso, es ara la Leila que el adoraba, sin decir nada mas camino asta la puerta y beso su mano y susurro en su oído

- Aun no me acostumbro a tu belleza, me da celos de la gente que mira –

- Gracias Hermano –

La mirada de recelo de Simone sabia como disimularla era muy ágil no por nada era cómplice de Aren

- Démonos prisa nos esperan afuera –

Salieron y la limosina blanca los esperaba para la reunión.


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