—¿Ya podemos hablar de tu tatuaje?— preguntó Mark acomodándose el cinturón.
Yo estaba terminando de ponerme mis tacones. Era lo último que me faltaba para poder irme. Mark se ofreció a llevarme, pero por obvias razones le he dicho que no.
—Mejor hablemos de cómo es que conoces a la LOA— ataqué.
—Yo pregunté primero— rió burlón.
Me giré a verlo. Estaba sentado en la cama recargando sobre uno de sus brazos. Se pasó su mano libre por el cabello esperando una respuesta.
—No puedo hablar de ello— dije.
—No puedes hablar de ello, pero sí te puedes tatuar el nombre debajo del pecho. Vaya, eso tiene mucho sentido— ironizó par acostarse boca abajo mientras se apoyaba en sus codos.
Reí por su comentario—. ¿Qué quieres saber?
—Quiero saber qué haces ahí— respondió obvio—. Te dejé para alejarte de mi vida de mierda y vas y te conviertes en una agente para la Liga de Organizaciones Avanzadas, ¿de qué se trata esto?
—¿En serio eso es lo que te cala? ¿Saber por qué me metí a ese tipo de vida cuando tú me dejaste por eso?— me crucé de brazos.
—En parte sí— confesó—. Pero vamos, si ya sabes el tipo de vida que tengo claramente sabes que estoy detrás del lugar en el que trabajas.
Sí, Mark está detrás de la LOA. No lo sabía cuando estábamos juntos. Lo averigüé meses después de que me dejó. Escuché a mi padre hablando con uno de sus trabajadores por teléfono. Estaba en su despacho mientras miraba unos archivos. Cuando terminó los aventó sobre el escritorio bruscamente. Se fue a la empresa después de eso. Esperé un rato después de que se fue y entré en su oficina. Recogí los papeles. Era el perfil de Mark. No me sorprendía que estuviera metido en algo malo, me sorprendía que mi padre lo estuviera buscando. Intenté meterme en la investigación, pero tenía miedo así que no seguí con ello. Parecer que no era la única investigando al otro.
—Lo sé— suspiré sentándome en la cama. Mark se acercó y puso su cabeza en mi regazo.
—No entiendo qué quieres estando ahí dentro— acarició mi mejilla con una de sus manos.
—Si no dejas esa actitud lo que ocurrió hace un rato se repetirá— avisé.
—No es como si me fuera a quejar— comentó guiñando un ojo.
—Basta— tomé su mano mientras una sonrisa salía de mi rostro. Retiré su toque de mi rostro.
—Ya dímelo por favor— pidió.
—Mark...
Me robó un beso. Maldito sea. Yo le correspondí. Maldita sea.
—Solo quiero saber, ¿sabes cuántos años llevo sin saber de ti? Te perdí el rastro dos años después de dejarte— dijo.
—Pero no puedo decir nada, ¿qué quieres que te diga? Si ya sabes lo que es la LOA seguramente sabes a lo que se dedica— aclaré—. No tiene sentido tu pregunta.
—Solo contestala y ya.
—Entré hace poco. Me dieron una misión y me he escapado unos cuantos días de ella, por eso estaba en el club— dije—. Eso es todo.
—¿No has tenido ningún problema?— preguntó.
—No— respondí—. ¿Y tú? ¿En qué andas?
—La pregunta de oro— rió—. Lo siento, nena. Esa información se queda conmigo.
—Yo respondí tu pregunta. Me toca recibir información.
—Me parece justo— habló—. Seré vago al igual que tú, tampoco puedo decir mucho. Es un grupo grande, estaba trabajando en Ilsan, pero me dijeron que encontraron actividad extraña en un evento aquí en Seúl. Me mandaron a investigar lo que había ocurrido, no encuentran a uno de los hombres importantes. Fui al antro porque me encontraría con alguien que lo presenció todo. Listo, eso es lo que puedes saber.
—Mark— lo llamé.
—¿Sí?
—Lo siento— dicho eso apreté uno de sus nervios dejándolo inconsciente.
Mark sabe algo grande. No lo puedo dejar escapar. Tomé mi teléfono rápidamente y marqué el número de Daehyun. Pedía que contestara mientras que los tonos comenzaban a sonar. Miré a Mark. Definitivamente está inconsciente.
—¿Bueno?
—Necesito que vengas por mí, ya— pedí.
—¿Qué ocurre? ¿Estás bien?— preguntó— Te fuiste del antro son decirme nada. Han pasado un par de horas. Son cerca de las dos de la mañana.
—Me encontré con un amigo. Resultó tener información valiosa para mí y lo he dejado inconsciente. Te mandaré la ubicación para que me recojas y luego me lleves a la base— terminé la llamada.
Mandé la ubicación en tiempo real y esperé a que Daehyun llegara.
Me senté en la cama a esperar. Estará inconsciente por unas tres o cuatro horas. No debo preocuparme por que se despierte. Pasé mi mano por su rostro. Sus facciones habían madurado. Mi corazón seguía latiendo rápido por él. No pensé volver a verlo. Ahora lo llevo a una base como rehén para que sea interrogado. Sabe demasiado, y necesito que me diga todo lo que sabe.
Me harán preguntas. Lo sé. No pienso responderlas. Solo debería importarles que llevo a alguien que puede ayudar. No quiero que Mark se haga el difícil. No me gustaría que le hagan daño. Sigo teniéndole afecto, demasiado a mi parecer. ¿Por qué me sentí culpable de estar con él? No tengo culpa alguna. Además, Mark no debe sentirse así.
Escuché el timbre de la casa. Me levanté para ir a abrir. Detrás de la puerta estaba Daehyun con sus manos en los bolsillos delanteros de su jeans.
—Ayúdame a subirlo al auto— pedí caminando hacia la habitación.
Solo escuché sus pasos desde atrás. Llegué hacia donde estaba Mark. Daehyun lo tomó en su espalda.
—Es realmente ligero, ¿acaso no come?— rió.
—Solo llévalo al auto— comenté dándole un zape mientras una sonrisa salía de mi rostro.
🍬🍷🍬
Estamos por llegar a la base. En una media hora deberíamos llegar. Son cerca de las cuatro de la mañana. Comenzaba a cerrar mis ojos, pero la voz de Daehyun me trajo de vuelta a la realidad.
—¿Lo conoces?— preguntó apuntando a Mark.
—Lo hago— giré a ver a Mark, quien seguía inconsciente—. Demasiado bien diría yo.
—Entonces sí tuviste la distracción de la que te hablé— me miró pícaro.
—Hey, tus ojos en la carretera, héroe— empujé su barbilla hacia el frente con mi dedo índice.
—No lo tratas como a Min, ¿cierto?
—¿Por qué debes de sacar a Yoongi en la conversación?— pregunté un tanto irritada—. Para contestar tu pregunta, no, no lo trato igual. Él chico inconsciente fue mi primer amor. Pasamos por muchas cosas y, al final no se dio.
Daehyun no hizo más preguntas ni añadió comentarios, cosa que agradecí. Prefería el silencio en estos momentos. Me estaba preparando para el sermón de Jin y Namjoon. Jimin lo intentaría, pero no lo va a lograr. Taehyung será el primero a quien salude. Jungkook no se sorprenderá de verme porque ha sido quien me llevó a los dormitorios. Hoseok tal vez me pregunte a dónde fui y ya. Min Yoongi, no sé ni qué esperar de él.
El auto se detuvo frente a la base. Daehyun introdujo su matricula de agente en un teclado invisible y la cochera subterránea se abrió. Bajó por esta y estacionó el auto. Lo ayudé a sacar a Mark del auto. Caminamos hacia la entrada, introduje el código de la puerta y entramos. Noté una sombra que sostenía un vaso con ¿leche?
—¡Parker!— dijo en un susurro.
—¿Hoseok?— pregunté, pues no podía ver bien su rostro.
—¿Dónde estabas? Te desapareciste por días. Sabíamos que Jungkook sabe dónde estabas, pero no nos quizo decir nada. Yoongi estaba echando fuego cuando supo que te fuiste— dijo caminando hacia donde la luz revelaba su rostro somnoliento. Miró detrás de mí—¿Jun Daehyun? ¿Qué hace el aquí?— preguntó antes de beber de su vaso.
—Eso no importa, se irá después de descansar— aclaré—. Traigo alguien que trabaja para el Clan.
Los ojos de Hoseok se abrieron, es como si el sueño se le hubiera esfumado. Tildó la cabeza en señal de que lo siguiéramos.
—Te lo encargo, me iré a dormir— dije a Daehyun. Él solo asintió y procedió a seguir a Hoseok.
Caminé por los pasillos hasta llegar a mi cuarto asignado. Estaba realmente cansada, solo quiero dormir. Giré la perilla de la puerta de mi habitación. Estaba oscuro. Entré con sutileza para no despertar a los de los cuartos vecinos. Me quité los tacones y los aventé por algún lado de la habitación.
—¿Dónde mierda estabas?
Reconozco esa voz que ha sonado entre las sombras.
Una voz con enojo, ronca y grave.
Min Yoongi.