Zaki no pudo decir ni una palabra. Últimamente, ya no podía ni siquiera tomar represalias o detenerla con sus payasadas. Siempre estaba siendo dominado por ella ahora, física y mentalmente.
—Compórtate, belleza. El fuerte viento y el sol dañarán tus hermosos ojos, así que debemos protegerlos, ¿de acuerdo? —dijo ella y así como así, el indefenso Zaki terminó usando los lentes de Hello Kitty.
—¿Ves? Awww... ¡eres tan lindo! —Exclamó mientras se maravillaba. Sacó su móvil y le sacó una foto.
—¡Maldita sea, belleza! Eres tan malditamente hermoso, ¡mira! —Hinari obligó a Zaki a mirar su teléfono y cuando el hombre lo vio, levantó la mano para coger el móvil pero la chica fue demasiado rápida.