Pasaron los días y finalmente llegó la ceremonia de entrega de premios a la que Davi fue invitada. Había recibido el premio más alto y prestigioso y todos en la nación se sorprendieron al ver que fue una mujer joven y no una vieja científica la que recibió el legendario premio que sólo se otorgaba una vez en una década. Todo el mundo dudaba pero cuando revelaron que esta joven era la inventora no sólo de uno sino de pocos inventos de primera categoría a nivel internacional, los críticos se vieron obligados a cerrar la boca y aceptar la verdad.
Pero lo más chocante fue que el que la acompañó en ese premio no fue otro que otra legendaria figura, Chen Seiji.