—Hinari, puedes salir ahora.
La voz de Zaki resonó en el baño. Al oír su voz, Hanari se sorprendió y se asustó un poco. Era porque la palabras resonaron de manera terrible y amenazadora, que nunca antes había oído de parte de Zaki. Obviamente, estaba furioso y parecía que la ira seguía ardiendo en él. Ella sabía que cuando él pronunciaba su nombre de aquella manera, quería decir que su ánimo estaba cerca de ser asesino.
El año que Davi desapareció, Hinari se había quedado para ayudar a cuidar al pequeño Shin. Ese era el motivo por el cual había podido descubrir un montón de secretos que involucraban al esposo de su mejor amiga. La información la había abrumado de tal manera que no pudo creerlo. Sin embargo, lo más sorprendente para ella fue descubrir que su apuesto prometido y el guardaespaldas de aspecto normal eran la misma persona. En ese momento, se sintió traicionada y engañada y estuvo furiosa con él por haberla hecho quedar como tonta.