—Afortunadamente, no hay cura para ello. La única cosa que puedes hacer es… hacerlo de todas las formas con ella— dijo Zaki, pero para su sorpresa, Sei solo lo miró sin ningún cambio en su expresión. Solo miró como si el supuesto consejo que debió paralizarle el corazón ni siquiera lo hubiera entendido.
De este modo, al analizar su falta de reacción, Zaki solo pudo darle unas palmadas en el rostro mientras trataba de confirmar si es que siquiera había escuchado lo que acababa de decir.
—¿Escuchaste lo que dije? — preguntó con su voz un poco más fuerte. Sin embargo, las siguientes palabras que salieron de la boca de Sei casi hicieron que su querido espíritu lo abandonara.
—¿Qué estás tratando de decir? — Sei preguntó firmemente y un poco más serio, mirando de manera insegura sobre el exacto significado de sus palabras. Una pregunta que fácilmente hizo que Zaki lanzara un profundo suspiro.