Para cuando terminó el mini facial, Sei se puso la máscara de inmediato y luego le quitó la venda de los ojos con cuidado.
—¿Se siente mejor ahora? —le preguntó ella, y él asintió.
—Ajá. Se siente bien.
Davi le sonrió mientras ordenaba las cosas que utilizó. Estaba curiosa por su reacción, pero ya que no podía ver su rostro, tuvo que confiar en sus palabras.
Un poco después de eso, alguien llamó a la puerta. Sei fue a abrir y como era de esperar, apareció Zaki.
—¿Interrumpí algo? —le dijo con travesura antes de acercarse a Sei y susurrarle algo al oído.
Tan pronto como Sei escuchó el mensaje de Zaki, se volvió de inmediato hacia la chica que acababa de salir del baño.
Al verlos, Davi pudo saber que probablemente había otro asunto importante al que Sei debía atender. Por lo que solo pudo sonreír y sacudir la mano con desdeño.
—Está bien, te puedes ir —comentó y el hombre asintió.