En el parque de diversiones de Diamond City.
Los ojos de Sei, a pesar de estar escondidos, se estrecharon lentamente al momento de darse cuenta de donde estaban. Pero solamente podía quedarse ahí esperando al siguiente movimiento de su esposa.
Por otro lado, Davi estaba diciéndose a sí misma que debía enfocarse en la misión. Había pasado tanto tiempo desde la última vez que ella y su hermano visitaron un parque de diversiones. Esta era la razón por la que no podía evitar sentir nostalgia mientras observaba los coloridos palacios del parque.
Luego de mirar un rato a su alrededor, respiró profundo y cambió instantáneamente a modo misión. Se volvió hacia el hombre que estaba a su lado y sonrió radiante.
"Paso 4: Tocarlo". Davi recordó lo que dijo Hinari: no lo hagas muy obvio, que sea natural.
Davi sabía que tenía que intentar varias estrategias para descubrir cual haría reaccionar a su esposo. Debía hacer algunos experimentos y observar cada reacción de parte de él. Y para eso, tenía que estar alerta y prestar atención al mismo tiempo.
—¿Hay algún lugar al que quieras ir primero? —le preguntó, a pesar de que ya sabía lo que iba a decir.
—Decide tú.
—¡Está bien! ¡Vamos!
Davi casualmente le tomó la muñeca y lo llevó feliz por la ruta hacia la fuente de aguas danzantes. Pero algo estaba fuera de lugar. Al momento de tocarlo, sintió que la afectada fue ella. Cuando lo tocó, su corazón se agitó, haciendo que desapareciera instantáneamente el modo misión de Davi. ¿Por qué diablos me estoy sintiendo así? ¡Solo le estoy tomando la muñeca, por el amor de Dios!
¡Davi no podía creerlo! Ni siquiera pudo mirarlo en ese momento, porque estaba desesperadamente tratando de calmarse, sin darse cuenta de que iba caminando rápido por una ruta que no estaba en su plan.
Mientras tanto, además de los ojos estrechados de Sei por la multitud agobiante, su ceño empezó a fruncirse. Porque la chica que le estaba hablando feliz hace un rato, ahora estaba caminando a máxima velocidad, arrastrándolo. Por lo menos, las personas de forma voluntaria les abrían el paso por el simple hecho de que eran demasiado llamativos, como si fueran una pareja famosa escondiéndose bajo de sus máscaras de conejo.
Mientras seguía obediente a su esposa, Sei ocasionalmente echaba un vistazo a la muñeca que le tenía tomada ella. La pudo sentir hacer tanto esfuerzo, como si se estuviera asegurando de que no se separaran. Como un niño siendo arrastrado por su madre.
…
En medio de su caminata a toda velocidad, los detuvo una mujer con uniforme. Davi volvió de golpe a la realidad, como si despertara de un sueño corto y agotador.
—Bienvenidos a nuestra mansión embrujada. Estamos ofreciendo un cincuenta por ciento de descuento a la décima pareja que entre y ustedes dos ¡son demasiado suertudos porque son la pareja número diez! ¡Por favor disfruten su descuento, señor y señora y, buena suerte!
La mujer uniformada estaba hablando demasiado rápido y Sei de pronto tomó los boletos que les entregó.
Davi estaba sorprendida por lo que hizo Sei, pero estaba aún más estupefacta cuando se dio cuenta donde estaban. Espera, ¿qué? ¿Cómo llegamos acá? ¿No estábamos recién yendo a la fuente de aguas danzarinas? ¿Y qué? ¿C-casa embrujada?
—Vamos —dijo Sei finalmente.
Supuso que estaba yendo todo bien, porque al fin algo pareció captar la atención de Sei. Pero ¿por qué? ¿Estaba de verdad Sei interesado en el terror? ¡Dios mío, este monstruo! ¡Aghh! ¡No quiero entrar ahí!
La principal debilidad de Davi era su hermano. La segunda, los fantasmas. ¡Era fasmofóbica y no podía ni siquiera soportar ver películas de terror, mucho menos una casa embrujada!
—¿T-te parece bien entrar ahí? —preguntó y, el asintió, por lo que no pudo hacer otra cosa que morderse el labio y seguirlo. Respiró profundo y se autoconvenció de que su misión era mucho más importante y que el hombre que estaba delante de ella era un monstruo mucho más aterrador que cualquier fantasma.
Mientras, Sei estaba un poco curioso. Pensó que Davi debía estar tan emocionada de llevarlo a la casa embrujada que por eso lo llevó a máxima velocidad hacia ella. Pensó que Davi quería el descuento de la décima pareja, entonces se estaba preguntando por qué la chica de un momento a otro lucía tan tensa, como si no quisiera entrar.