Yu Haiheng sintió un escalofrío recorrer su espina. Esa voz familiar parecía venir de las profundidades del infierno. No se atrevió ni siquiera a moverse y aunque estuviera seguro de que no vio nada, se sintió vencido por una presión aplastante; en un momento hasta olvidó respirar.
Después de un momento, se puso rígido. Sus ojos se ensancharon de consternación.
Shen Ying sólo vestía una túnica interior blanca, manchada con algunas virutas de madera y polvo. Su rostro era sombrío y sus ojos entrecerrados casi parecían líneas. Aunque fuera tan delgada como un palo, su cuerpo emanaba una especie de aura amenazante, como una corriente fría infernal que ahora carcomía sus meridianos de corazón. Parecía que hubiera fuego intenso detrás de ella.
Un silencio escalofriante se apoderó del palacio; Todos completamente inmóviles en su lugar. Al ver a esta persona que había aparecido de la nada, contenían el aliento, y sus cabellos se ponían de puntas.