Comienzo del volumen 8
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Sanzi reveló una sonrisa licenciosa a las palabras de Sheyan.
—Hermano Yan, tu memoria es realmente asombrosa. Sí, este año solo tiene 32 años, pero su marido es un vago y un borracho. El tercer día del año anterior, escuché que se cayó al agua; nadie sabe si se ahogó porque perdió el equilibrio o porque estaba borracho. Además, no tenían ni un solo hijo. No es que nadie tuviera intenciones con ella, pero el viejo Song era antes un carnicero con una personalidad codiciosa y grosera; trabajar con la viuda era como reducir a dos trabajadores en su nómina. Desde entonces, se negó a ceder, y otros pretendientes solo podían enfurruñarse tontamente e indefensos.