Cuando esos hongos mutados explotaron, sus poros desencadenados tenían una tasa de adhesividad cien veces mayor que la de un berberecho siberiano. Uno podría imaginar el sabor de esos poros que contaminan la piel... teniendo que hacer todo lo posible para removerlos. Sin embargo, el verdadero objetivo del hongo era desplegar esos poros para polinizar el crecimiento en lugares distantes.
Por supuesto, el asunto más espinoso para ellos eran los honderos contra los que habían luchado antes. Creciendo cerca de la residencia del Clan Omaticaya, esas criaturas fueron todas mutadas y mejoradas. Oculto dentro del bosque, cuando estallaron con ataques furtivos, ¡fue suficiente para constituir una amenaza masiva para cualquier concursante!
Sus diminutos y venenosos aguijonazos que rociaban podían ser fácilmente disfrazados dentro del ambiente, y un pinchazo preciso contra cualquier concursante...