—¡Mátalo, ya!
Sofía fue la primera en percatarse de qué hacer. A través del Enlace Telepático Secundario, le ordenó a Frederick que interviniera.
No estaba asustada. Tenía a Frederick, un caballero radiante cuyo poder le había sido otorgado por un demonio, para luchar por ella. Además, el caballero de oro, Metatron, estaba de su lado. ¡Ni siquiera un hechicero de rango sénior sería una gran amenaza!
Fingiendo estar asustada, dio unos pasos hacia atrás. Su pie derecho alcanzó la baldosa, la cual estaba un poco rígida.
Tan pronto como entró en la sala, cada movimiento de Sofía fue bien planeado.
Las cosas habían sobrepasado sus previsiones. Tenía que irse ya.
En ese momento, vio el hermoso anillo de zafiro en la mano izquierda de Beaulac. Antes de que Sofía pudiera conjurar los hechizos para protegerse, el anillo se iluminó de repente y entonces un rayo de luz la golpeó directamente.