El espejo era negro y no había nada en él. No obstante, la voz del espejo le dijo a la bruja de forma halagadora.
—Eudora, siempre has sido la mujer más bella del mundo.
Satisfecha, la vieja bruja bajó el espejo.
—Bien, muy bien, Trius. Eres el espejo más honesto en este mundo, no como los que he destruido antes... Todos eran unos mentirosos.
El espejo empezó a cantar alegremente.
—Ah... el cabello de Eudora es tan brillante como el sol; sus ojos son tan verdes como el lago de jade; sus labios rojos eran como pétalos de rosa....
La voz de la vieja bruja también estaba dañada por la maldición y sonó muy dura.
—Buen chico, Trius. Después de que dejemos este maldito lugar, te decoraré con todas las gemas más valiosas que te gusten.
Riendo con fuerza, la bruja dejó el espejo y se giró hacia Lucien. Entonces, comenzó a gritar. Su voz era tan aguda que incluso le dio dolor de cabeza a Lucien. Lucien retrocedió unos pasos debido al mareo.