—Shishi, ¿a dónde fuiste? No pude encontrarte en ninguna parte.
Ella se veía como si no estuviese allí y no pareció escuchar a su asistente.
—¿Shishi?
—¿Eh?
—¿Qué te pasó? ¿Por qué te ves igual de inerte que Xingze? —Mu Xi respondió impotente.
—No es nada. Sólo estaba pensando en algo.
Su ayudante frunció los labios, sacó un termo de su bolso y se lo pasó.
—Toma, agárralo.
Se sorprendió cuando tomó el termo en la mano.
—¿Qué es esto?
—Té de jengibre. He preparado esto para ti —añadió su asistente—. Más tarde, a las siete, tendrás una escena en la que te empaparas por la lluvia. Con suerte, podrás completarla en una sola toma. De todos modos, después de eso, recuerda tomar rápidamente una ducha caliente y luego beber este té de jengibre. Esto ayudará a evitar que te resfríes.
Sabiendo que su artista tendría una escena bajo la lluvia hoy, se había apresurado a preparar ese té de jengibre para ella.